Terapia de empatía
Una de las habilidades sociales más importantes en la prevención del acoso escolar es la empatía: comprender y responder con cariño a lo que piensan y sienten los demás. Es menos probable que los niños hagan daño y más probable que ayuden a alguien si pueden imaginarse en el lugar de esa persona y pueden compartir sus pensamientos y sentimientos.
Los educadores de la primera infancia pueden enseñar a los niños pequeños a abstenerse del acoso ayudándoles a aprender y practicar la empatía en relación directa con las situaciones de acoso. Pueden ayudar a los niños pequeños a comprender cómo se sienten los niños acosados y cómo se sentirían ellos mismos si fueran acosados. Pueden preparar a los niños para que se conviertan en espectadores útiles ayudándoles a reconocer cuándo un niño acosado se siente herido y cómo podrían ayudarle a sentirse mejor.
Explique que el acoso puede provocar sentimientos fuertes, como rabia, frustración y miedo. Aunque está bien sentir esos sentimientos, nunca está bien reaccionar de forma violenta, como hacer daño a alguien intencionadamente. Di que si todos trabajamos juntos para prevenir y detener el acoso, nadie de nuestro grupo tendrá que experimentar nunca estos sentimientos como resultado del acoso.
¿Es la empatía una habilidad
Antes de continuar, hemos pensado que le gustaría descargarse gratuitamente nuestros tres Ejercicios de Inteligencia Emocional. Estos ejercicios de base científica no sólo mejorarán su capacidad para comprender y trabajar con sus emociones, sino que también le proporcionarán las herramientas necesarias para fomentar la inteligencia emocional de sus clientes, alumnos o empleados.
La empatía es una parte integral del desarrollo emocional y social y un motivador esencial para ayudar a los que sufren. En un sentido muy literal, es la “capacidad de sentir o imaginar la experiencia emocional de otra persona” (McDonald y Messinger, 2011).
Niños pequeños: entre los 14 y los 36 meses, los niños empiezan a mostrar signos claros de los componentes emocionales de la empatía, como disculparse, mostrar preocupación por los demás y ofrecer ayuda. De manera muy real, empiezan a “probar” las experiencias de los demás, ya sea que las vean en la televisión, con amigos o en una situación familiar.
Primera infancia: cuando los niños comienzan sus primeros años escolares, no sólo experimentan los estados emocionales de los demás, sino que también empiezan a imaginar sus experiencias. Los psicólogos y filósofos lo denominan teoría de la mente, y empiezan a verse a sí mismos y a los demás en términos de emociones, sentimientos y deseos (Wellman, Cross y Watson, 2001).
Habilidades de empatía
Las investigaciones han demostrado que la empatía hace a las personas mejores directivos y trabajadores, y mejores familiares y amigos. Pero su efecto no se limita a lo personal. Estamos todos juntos en esto, y los investigadores afirman que la conexión y la compasión son cruciales para un futuro sostenible y humano.
Algunas personas son más empáticas por naturaleza que otras, pero hay ejercicios fáciles, basados en pruebas, que cualquiera puede hacer para aumentar su empatía. Hablar con gente nuevaIntentar imaginar cómo se siente otra persona no suele ser suficiente, según los investigadores. Por suerte, la solución es sencilla: Pregúnteles. “Para mí, el núcleo de la empatía es la curiosidad”, afirma Jodi Halpern, psiquiatra y profesora de bioética de la Universidad de California en Berkeley, que estudia la empatía. “Se trata de saber cómo es realmente la vida de otra persona en sus particularidades”.
Pruebe la vida de otra personaNo se limite a ponerse en los zapatos de otra persona, como dice el refrán, sino que dé un paseo en ellos, dijo Helen Riess, psiquiatra de la Facultad de Medicina de Harvard y científica jefe de Empathetics, que ofrece formación en empatía para profesionales de la salud.
Actividad de empatía
Una de las habilidades sociales más importantes en la prevención del acoso escolar es la empatía: comprender y responder con cariño a lo que piensan y sienten los demás. Es menos probable que los niños hagan daño y más probable que ayuden a alguien si pueden imaginarse en el lugar de esa persona y pueden compartir sus pensamientos y sentimientos.
Los educadores de la primera infancia pueden enseñar a los niños pequeños a abstenerse del acoso ayudándoles a aprender y practicar la empatía en relación directa con las situaciones de acoso. Pueden ayudar a los niños pequeños a comprender cómo se sienten los niños acosados y cómo se sentirían ellos mismos si fueran acosados. Pueden preparar a los niños para convertirse en espectadores útiles ayudándoles a reconocer cuándo un niño acosado se siente herido y cómo podrían ayudarle a sentirse mejor.
Explique que el acoso puede provocar sentimientos fuertes, como rabia, frustración y miedo. Aunque está bien sentir esos sentimientos, nunca está bien reaccionar de forma violenta, como hacer daño a alguien intencionadamente. Di que si todos trabajamos juntos para prevenir y detener el acoso, nadie de nuestro grupo tendrá que experimentar nunca estos sentimientos como resultado del acoso.