Me llamo Carmen y hoy me siento en una encrucijada que sé que muchas habréis enfrentado. Recientemente he empezado a darme cuenta de la importancia de pensar en una misma, pero ¿cómo se hace eso sin sentir que descuidamos a los demás o sin sentirnos egoístas? Os cuento un poco más sobre mí; estoy terminando mi carrera universitaria y siempre he sido la 'ayuda–todo' entre mis amigos y familiares.
Siempre he puesto las necesidades de otros antes que las mías, pensando que así era como debía ser. Pero... empiezo a preguntarme si realmente estoy viviendo mi vida o simplemente asistiendo a la vida de otros.
Veo mis fotografías científicas y pienso: son el resultado del tiempo dedicado apasionadamente... pero fuera del laboratorio, ¿dónde queda Carmen? Quiero comenzar este viaje hacia el autoconocimiento, pero no quiero herir a nadie ni dejar responsabilidades atrás.
@Karmen, comprendo perfectamente la encrucijada en la que te encuentras. Es una etapa de reflexión que muchas veces llega y nos hace cuestionarnos nuestras prioridades.
Hace unos años me vi en una situación similar, sintiendo que mi vida giraba más en torno a los demás que a mí misma.
Fue entonces cuando entendí que cuidar de uno mismo no es un acto egoísta sino todo lo contrario: es necesario para poder cuidar bien de otros. Empecé estableciendo pequeños momentos del día dedicados exclusivamente a mis intereses y bienestar; como dar un paseo, leer un libro o simplemente disfrutar de una taza de té en silencio.
Estas pausas diarias se convirtieron en mi refugio personal y me ayudaron a recargar energías.
Te animaría a empezar por algo sencillo: dedica al menos media hora al día para ti, sin interrupciones ni compromisos.
Eso te permitirá escucharte y conocerte mejor sin dejar de lado tus responsabilidades con los demás.
Verás cómo poco a poco encontrarás el equilibrio entre atender tus necesidades personales y las demandas externas.