Cómo tomar una decisión y no arrepentirse
Una vida con sentido está llena de decisiones. A veces la vida va sobre ruedas y otras te quedas atascado. Realmente atascado. La vida avanzará contigo o sin ti, así que sabes que tienes que tomar una decisión. Algunas elecciones son pequeñas, pero otras pueden dirigir tu vida en direcciones inesperadas.
Entonces, ¿qué hacer cuando no sabes qué hacer? La respuesta no es la misma para todo el mundo, pero se puede llegar a una decisión por muchos caminos diferentes. Superar la indecisión puede ser una experiencia difícil, sobre todo si te enfrentas a un gran cambio en la vida. Puedes encontrar la manera de desbloquearte, considerar tu decisión y pasar a la acción con la mente tranquila.
Deja de moverte y deja que todos tus pensamientos y emociones fluyan a tu lado como un río. En lugar de quedarte en la corriente, párate en la orilla del río. Despréndete de tus pensamientos y sentimientos, dejando que fluyan a tu lado. Esta visualización puede ser una forma sencilla de meditación.
Decide no decidir ahora mismo. Si tu decisión no es urgente, aplázala por un tiempo. Hacer esto puede ser útil si tu situación está cambiando mucho. Puede resultarte difícil avanzar si tus cimientos se tambalean bajo tus pies.
Cómo tomar la mejor decisión para ti
En primer lugar, me mudé con mi marido y nuestros hijos de un hogar que amé durante diez años. Poco después, mi marido y yo pusimos fin a una relación y un matrimonio de veinte años. Con esa separación, tomé la decisión de comprar la casa a la que nos habíamos mudado y que, sobre el papel, no debería haber podido comprar.
Al parecer, poner fin a un largo compromiso y comenzar uno financiero por mi cuenta no era suficiente para mí. Al año siguiente renuncié a un trabajo seguro para perseguir un sueño que no había imaginado del todo y empecé un negocio sin metas proyectadas.
Nunca he sido de tomar decisiones rápidas, sobre todo si no las había pensado bien. Me crió mi padre, un autoproclamado adicto al trabajo, que pasó su carrera como ejecutivo de alto nivel para una compañía de seguros industriales de alto riesgo.
No me educaron para creer en correr riesgos, vivir sólo del instinto y abandonar todo lo que se pareciera a la seguridad. Eso no se hace. Pero algo se agitaba en mí que me inquietaba.
Sabía que había llegado el momento de hacer cambios, y sabía que no estaba en absoluto garantizado que esos cambios me favorecieran. Me asustaba -no, me aterrorizaba- alterar el curso de mi vida, pero quedarme quieta me producía aún más ansiedad.
Cómo tomar una decisión entre dos cosas
Estas decisiones pueden afectar a todos los ámbitos de nuestra vida, incluida la vida de quienes nos rodean. No son cosas como qué nombre ponerle al perro o qué cortina de baño comprar; más bien son momentos en los que tenemos que discernir la oportunidad del riesgo. Algunos ejemplos son las decisiones sobre un cambio de carrera, una mudanza, la compra o venta de una casa, el fin o el comienzo de una relación, el ingreso de seres queridos en un centro de atención a tiempo completo, la adopción de un niño, la jubilación y muchas más.
Un signo inequívoco de inmadurez es tomar decisiones pensando sólo en el momento presente. Las decisiones difíciles exigen considerar no sólo el beneficio inmediato de una elección concreta, sino también sus posibles ventajas a largo plazo.
A veces tenemos que pagar un pequeño precio a corto plazo, pero los beneficios a largo plazo pueden compensar con creces los sacrificios inmediatos. Piensa en un niño con el puño lleno de dinero de la paga que opta por ahorrarlo para comprarse una bicicleta, en vez de comprar caramelos o vídeos cada vez que le apetece. El mismo principio se aplica a los adultos que gestionan las tentaciones de los deseos diarios frente a la consecución de objetivos a largo plazo. El momento pasará, pero ¿seguirás confiando en tu elección la semana que viene o el año que viene?
Ejemplos de decisiones que tomamos a diario
Puede ser estresante sentir que tienes que tomar la decisión “correcta” y que te digan que “sigas tu instinto” si no sabes cómo hacerlo. Tomar decisiones puede ser difícil cuando no sabes qué hacer o tienes muchas opciones entre las que elegir. Aquí tienes tres cosas que te ayudarán a tomar la mejor decisión:
Haz una lista de lo que te gusta y lo que no te gusta de cada una de las posibles direcciones que podrías tomar. Escribir te obliga a pensar y aislar cada caso para evaluarlo. Visualizar tus opciones también puede ayudarte a organizar tus pensamientos y a sentir que controlas mejor tus ideas. Puede ser útil escribir los criterios que consideras importantes para la decisión en la primera columna y, a continuación, los pros y los contras en las dos columnas siguientes.
Si el tema es algo que te sientes cómodo compartiendo, acércate a un colega, amigo o familiar de confianza. Si esa persona tiene en cuenta tus intereses, puede ayudarte a tomar una decisión importante. Puede que vea un aspecto que a ti se te ha pasado por alto. Su experiencia puede darte una idea de lo que podría ocurrir si eliges un camino concreto. Utilice las opiniones de los demás para tomar la mejor decisión para usted: 6 difíciles decisiones monetarias para los millennials… y cómo tomarlas7 imágenesVer galería