Hola, soy Andrea de Salamanca y me gustaría compartir una situación que le está ocurriendo a una amiga cercana. Quizás entre todas podamos darle luz a este asunto.
Mi amiga, desde hace unas semanas, experimenta una notable falta de apetito acompañada de cierta repulsión hacia los alimentos.
No ha habido cambios drásticos en su vida que justifiquen esta reacción. Siempre fue alguien con un gusto exquisito por la cocina mediterránea, disfrutando tanto del proceso culinario como del placer de degustar sus creaciones.
Estoy realmente preocupada por ella; sé que no lleva ningún tipo de dieta restrictiva ni presenta síntomas físicos alarmantes.
¿Podría ser esto el reflejo de algún desajuste emocional o estrés acumulado? Me encantaría leer vuestras experiencias o consejos para poder ayudarla.
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Hola Andrea, y hola a todas las que estáis compartiendo vuestros consejos y experiencias. La verdad es que la situación que nos planteas sobre tu amiga podría deberse a múltiples factores.
@AndreaSan, te entiendo perfectamente porque pasé por algo similar hace un tiempo.
En ocasiones el cuerpo habla de formas misteriosas y una falta de apetito súbita puede ser su manera de decirnos que algo no va bien en nuestro interior. En mi caso, me sorprendió descubrir lo mucho que nuestras emociones pueden afectar al deseo de comer; tras unos meses bastante complicados en el plano personal, simplemente dejé de encontrarle gusto a los alimentos.
Me di cuenta entonces de que mi jardín no era lo único que necesitaba cuidados: también debía atender mis propias raíces internas.
Por eso creo firmemente en buscar un equilibrio integral entre cuerpo y mente para enfrentar estas situaciones.
No estaría de más recomendarle a tu amiga acudir a un profesional para hablar sobre cómo se siente o si ha tenido algún tipo de estrés reciente del cual ni ella misma sea consciente aún.
Y mientras tanto, aquí estamos para apoyarnos unas a otras con cariño y comprensión.