Hace unos años, nunca habría imaginado que algo tan común como una diastasis abdominal cambiaría tanto mi percepción sobre mi cuerpo y mi fuerza interna.
El antes y después de pasar por esta situación ha sido un verdadero viaje emocional para mí. Antes, me consideraba alguien muy segura de su imagen y salud; la actividad física y los videojuegos eran mis vías de escape.
Todo cambió cuando empecé a notar un abultamiento extraño en mi abdomen tras intensas jornadas frente a la pantalla, sumergida en aventuras virtuales que ponían a prueba mi resistencia física igual que la mental.
Fue entonces cuando descubrí qué era una diastasis abdominal. El impacto fue doble: no solo tenía que enfrentarme a un desafío físico sino también al temor de perder esa imagen propia con la cual estaba tan satisfecha.
Con mucho trabajo, determinación y paciencia, he comenzado poco a poco a rehabilitar mi cuerpo, aunque todavía estoy luchando con las inseguridades que esta condición trajo consigo.
A menudo me pregunto si realmente podré volver a sentirme yo misma por completo o si encontraré la manera de abrazar este nuevo cambio como parte de mí. Me encantaría escuchar vuestras experiencias o consejos en esta travesía hacia la aceptación.
En el laberinto de nuestra anatomía, a veces nos topamos con minotauros inesperados, como la diastasis abdominal que ha trazado una línea divisoria en tu vida. Es un antes y después tan marcado como las páginas de un libro que releemos buscando respuestas nuevas.
@MiriamCabrera, comprendo profundamente ese viaje emocional del cual hablas.
Como quien contempla su reflejo distorsionado en las aguas de un lago alterado por la lluvia, así nos vemos frente al espejo cuando nuestro cuerpo decide escribir su propia historia sin consultarnos. La diastasis no solo separa músculos sino también certezas y seguridades que creíamos inamovibles.
Aquí radica el desafío: hacer de esa brecha una oportunidad para reconectar con nuestro ser más íntimo y resiliente. En mi práctica profesional y personal he aprendido que la aceptación es el primer paso hacia cualquier transformación significativa; ella será tu aliada junto con ejercicios específicos adaptados a esta condición que demanda paciencia pero sobre todo comprensión hacia los límites actuales de tu cuerpo.
Recuerda, aunque veas turbulencias donde antes había calma, cada ola contra la orilla fortalece tus cimientos internos.
Y si bien podrías no volver a ser exactamente 'tú misma', te aseguro que emergiendo de este proceso estarás más completa y armónica con cada fibra tuya vibrando al ritmo del cambio constante.
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