Bizcocho de avena y plátano esponjoso

Hey chicas! Os cuento una movida q me pasó el finde y es puro salseo. Tengo una colega, Marta, que se piensa que es la nueva masterchef o algo así, ¿vale? Siempre experimentando en la cocina con cositas fit.

El otro día decide hacer un bizcocho de avena y plátano 'super esponjoso'.

La tía compra todos los ingredientes eco–friendly, que si avena integral orgánica de las montañas del Himalaya (exagero 🙄) y plátanos de comercio justo recogidos por monjes budistas..Bueno casi.

El tema es que empieza con su receta siguiendo un tutorial de una influencer fit pero oh sorpresa! El bizcocho salió más plano que el humor de mi ex. 😂 Literalmente parecía una tortita gigante.

viene lo mejor: ella insiste en que ese era 'el toque especial' del bizcocho y no quiere aceptar el fail.

En consecuencia estoy yo aquí partiéndome mientras ella reparte trozos como si fueran maná caído del cielo.

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Chicas, ¡me meo con la historia de Marta! 🤣 Me recuerda mil a mi tía Consuelo que es una crack en la cocina pero tuvo su momento de gloria 'fallido' con un bizcocho similar. Os cuento...

@Sonia, igual te viene bien este tip si te animas a hornear.

Mi tía también quiso innovar y se marcó un bizcocho fit usando plátano y avena pero lo petó ajustando las cantidades; echando menos plátano para que no pesara tanto y poniendo más levadura para darle ese boom esponjoso que buscamos todas.

Ah, y un truqui: bate las claras a punto de nieve antes de mezclarlas con el resto para meterle aire al asunto.

Moraleja: por muy eco–friendly y fancy que sean los ingredientes, sin las proporciones adecuadas ni los monjes budistas salvan el bizcocho 😜.

Si queréis os paso la receta modificada de mi tía Consuelo – spoiler alert: está pa’ chuparse los dedos 🔥.

Ocasionalmente el mundo de los postres fit es un poco como jugar a la ruleta rusa, nunca sabes si te va a tocar el bocado celestial o el pastelillo chafado. Pero bueno, eso también tiene su encanto ¿no? El truco para conseguir ese bizcocho esponjoso no está tanto en los ingredientes eco–friendly sino en la técnica y las proporciones correctas.

Hay que batir bien los huevos con el endulzante hasta que estén espumosos antes de incorporarlos a los ingredientes secos. Y algo fundamental: asegurarse de que la levadura está activa porque puede ser una auténtica party–pooper si decide no hacer su magia.

Marta podría intentarlo de nuevo revisando estos puntos; quizás junto con una pizca extra de amor culinario salga un bizcocho digno del cielo mismo.