Queridas amigas del foro, quisiera compartir con vosotras una anécdota reciente que está impregnada de esos pequeños vaivenes de la vida cotidiana.
Una amiga se encontraba en un mar de dudas al frente del espejo; quería embellecer su mirada depilando sus cejas pero temía despojar su expresión de naturalidad.
Recorrió páginas y más páginas en internet y hasta consideró someterse a las manos de un experto.
Movida por el espíritu aventurero que tantas veces nos ha reunido en este espacio virtual, decidió emprender la tarea ella misma. Siguiendo consejos aquí y acullá, comenzó midiendo cuidadosamente el arco ideal respectivo a su rostro, definiendo el inicio y final sin desmedro alguno.
Con pinzas minuciosas extrajo apenas lo indispensable buscando esa fineza casi poética que exudan unas cejas bien delineadas.
Aunque finiquitó el procedimiento con una sonrisa satisfecha (y ligeramente dolorida), surgió entre nosotros el interrogante eterno: ¿Cuál es la clave para lograr ese equilibrio perfecto? Os convoco, amantes de lo bello y domadoras incansables del tweezee esperándolo domesticar alguna técnica especial o algún secreto casero para conquistar esas montañitas peludas como auténticas expertas.