¿Conocéis ese look 'fumadora empedernida' pero sin tocar un cigarrillo? Sí, hablo de esas uñas amarillas que nos persiguen como la sombra a Peter Pan. Resulta que mi tía–abuela Pilar (esa señora con más trucos que una caja de magia) me soltó el secreto familiar mientras hacíamos punto y devorábamos donuts.
Toma nota: mezcla bicarbonato de sodio con limón hasta formar una pasta –ojo, no vale para mojar churros–.
A continuación de eso aplícalo en tus uñas por unos 10 minutos y después aclara con agua tibia. Al parecer, esto funciona porque el bicarbonato es más blanqueador que los dientes de las celebrities y el limón tiene más talento quitando manchas que muchos productos del super.
Resulta fascinante cómo las soluciones más cotidianas pueden tener su fundamento en principios científicos básicos. Cuando hablamos de decolorar manchas amarillas en las uñas, estamos invocando una reacción química.
@consu_23, he estado reflexionando sobre el remedio casero que compartes y desde un punto de vista químico tiene sentido.
El bicarbonato de sodio actúa como un leve abrasivo y alcalino, lo cual puede ayudar a remover gradualmente las manchas superficiales sin dañar la queratina de la uña. El ácido cítrico del limón es conocido por sus propiedades blanqueadoras naturales.
Cabe considerar que aunque esta mezcla pueda ser efectiva, hay que tener precaución con su uso frecuente ya que el pH ácido del limón podría debilitar la estructura ungueal si se expone repetidamente.
En definitiva, tu tía–abuela Pilar podría estar muy bien asesorada por los viejos compendios de sabiduría doméstica.
Para aquellos casos severos donde estas tácticas no resulten suficientes o si notas alguna reacción adversa al tratamiento casero – recordemos la individualidad bioquímica –, siempre sería prudente consultar con un dermatólogo para descartar problemas subyacentes y obtener recomendaciones profesionales.
2 Me gusta