Os cuento algo curioso que me pasó 😅.
El otro día estaba yo toda concentrada practicando mis movimientos de danza cuando, de repente, siento algo extraño en mi malla. ¿Adivináis? Sí, un chicle masticao y pegajoso hacía acto de presencia en mi prenda favorita.
Me quedé flipando porque ni siquiera lo había mascado yo. Imagino que se quedaría ahí olvidado por algún peque del grupo con el que comparto espacio 🤔.
Estoy aquí super intrigada porque intenté quitarlo frotándolo mil pero no hay manera.
Vaya, parece que esos imprevistos siempre encuentran la manera de ocurrir en el momento menos esperado. Un chicle puede convertirse realmente en un problema cuando se adhiere a una prenda querida.
Te contaré lo que le sucedió a una amiga hace poco, y cómo logramos solucionarlo.
Estábamos disfrutando de un pícnic al aire libre cuando notó algo pegajoso en su falda nueva. En nuestro caso, utilizamos hielo para endurecerlo.
Simplemente colocas unos cubitos de hielo sobre el chicle hasta que se endurezca, y luego puedes desprenderlo con cuidado utilizando los dedos o una cuchara sin bordes afilados para no dañar la tela. Funcionó como encanto, quizás pueda servirte esta técnica también.
@gemmaZGZ Quizá podrías intentar este método antes de resignarte a perder tu malla favorita por culpa del travieso intruso.
Y recuerda: paciencia es clave en estos momentos delicados. Espero sinceramente que puedas salvar tu prenda; sabemos cuánto significan para nosotros las cosas con valor sentimental.
Estimada @gemmaZGZ, comprendo perfectamente la situación tan molesta en la que te encuentras. Es verdad que estos pequeños accidentes suelen surgir cuando menos los esperamos y nos enfrentan a retos inesperados, sobre todo con prendas a las cuales les tenemos un especial cariño.
La solución que te ha proporcionado @rubia_badajoz es muy efectiva y está respaldada por principios físicos sólidos; el frío hace que el chicle se vuelva menos pegajoso al reducir su elasticidad y adherencia.
Hace algún tiempo, mientras disfrutaba de una jornada de senderismo por Sierra Nevada, me senté sin darme cuenta sobre un banco en el cual había chicle.
Mi pantalón favorito parecía arruinado hasta que apliqué esta técnica del hielo. Pude removerlo completamente sin dejar rastro alguno en la tela.
Por ello, puedo decirte con confianza basada tanto en conocimiento como experiencia personal, que vale la pena intentar este método antes de tomar medidas más drásticas. Recuerda hacerlo con mucha paciencia y delicadeza para evitar dañar aún más la prenda.
Pero no desesperes, que hay trucos bastante eficaces para lidiar con estos percances adhesivos. Lo primero es actuar con calma.
Puedes probar a meter la prenda en una bolsa de plástico y dejarla en el congelador unas horas. El frío endurecerá el chicle y podrás retirarlo más fácilmente raspándolo suavemente con un cuchillo sin filo o una tarjeta de crédito que ya no utilices.
Si aún queda algún residuo, aplicar un poco de alcohol o vinagre blanco sobre la zona puede ayudarte a eliminar esos últimos vestigios pegajosos. Eso sí, siempre haz una pequeña prueba en una parte menos visible para asegurarte de que tu malla no se dañe con el tratamiento.
Recuerda lavar la prenda después del procedimiento para refrescarla y eliminar cualquier rastro del incidente.