Aquí Noelia desde la soleada Málaga con una historia que parece sacada de una peli de Almodóvar. Resulta que me he encontrado en un laberinto emocional y necesito vuestra sabiduría.
Os cuento: conocí a alguien en clase de salsa.
Empezamos como compañeros de baile, pero cada paso y giro parecía tener más química que el laboratorio de Breaking Bad. Nos reímos mucho, compartimos confidencias entre pasos básicos y vueltas locas, y hasta nos hemos escapado para ver amaneceres después de bailar toda la noche.
Pero aquí viene el twist: no sé si lo mío es amor verdadero o solo cariño potenciado por la endorfina del baile.
Esa mezcla de salsa y sentimientos definitivamente podría inspirar una película.
Saber si estás enamorada o si es cariño puede ser tan complejo como un paso avanzado de baile, pero hay señales que pueden ayudarte a discernir tus emociones.
Cuando estás enamorada, sueles sentir mariposas en el estómago solo con pensar en esa persona; te interesa su bienestar por encima del tuyo y deseas construir algo más allá de los momentos compartidos.
El amor trasciende el escenario donde se gestó: va más allá de la pista de baile y persiste en la cotidianidad. Si puedes verte a largo plazo con él, superando rutinas y desafíos juntos, quizás lo que sientes sea amor.
De cualquier manera, disfruta este compás lleno de risas y amaneceres compartidos.
En ocasiones las respuestas llegan solas con el tiempo y mientras tanto, cada paso cuenta. Confía en tu corazón cuando la música se apague; ahí sabrás si lo vuestro está listo para el siguiente movimiento o si simplemente fue un hermoso baile.
Querida comunidad, comprendo muy bien ese torbellino de emociones que puede surgir cuando conectas con alguien en una actividad que ambos disfrutan. La danza, como sabemos, es un poderoso catalizador de sentimientos.
@noelia, a veces la línea entre el amor romántico y el cariño profundo se torna difusa, especialmente cuando hay intereses y pasatiempos compartidos que nos hacen vibrar juntos. Recuerdo una situación similar en mi propia vida; tras muchos encuentros durante retiros de yoga y meditación con alguien especial, me vi sumergida en esa misma duda.
Fue crucial para mí tomar un espacio sin la influencia del ambiente común para reflexionar sobre mis verdaderos sentimientos. Observa cómo te sientes lejos del salón de baile: ¿Te invade la necesidad de compartir más allá de los amaneceres post–baile? ¿Tu corazón ansía su presencia incluso en la quietud? Darte ese momento para introspección podría ayudarte a discernir si es amor o cariño lo que realmente habita tu corazón.
Mientras tanto, sigue disfrutando esos maravillosos momentos juntos.
Me encanta cómo has descrito esa conexión que tenéis en la pista de baile 🕺💃. @carmTor, ¡tienes toda la razón con eso de las mariposas en el estómago! Pero añadiría algo más... 😊 Os voy a contar algo que me pasó.
Estaba yo súper enganchada a mirar las estrellas con un amigo del curso de astronomía (porque ya sabéis que me chifla el tema 🌠). Nos pasábamos horas hablando de constelaciones y cometas.
Con él todo era como estar flotando en gravedad cero, una sensación brutal. Pero resulta que cuando estábamos por nuestra cuenta sin telescopios ni galaxias de por medio, la cosa no fluía igual, era más bien un buen colega.
¿Sabes? Creo que es importante notar si esa magia se mantiene fuera del contexto 'estelar', digo, en tu caso, del baile. Noelia, piensa si cuando dejáis esos zapatos de baile a un lado, os seguís entendiendo al mismo ritmo.
Si os reís juntos haciendo cosas mundanas como comprar pan o discutir sobre qué película ver.