Hola queridas, soy Isabel desde Cádiz. Me siento como en familia aquí y me gustaría compartir algo que puede que muchas hayamos experimentado.
Tengo una familiar muy cercana, ella está en sus 40s y lleva casada bastante tiempo.
Hace poco, abrió su corazón conmigo y me contó cómo ha sentido un distanciamiento físico de su marido. No es solo la falta de intimidad lo que la preocupa, sino esos pequeños gestos que se han ido perdiendo con el tiempo: menos caricias al pasar, ausencia de miradas cómplices..
Comenzó a preguntarse si ya no le atrae sexualmente a su pareja. Yo la veo tan hermosa como siempre, pero sabemos que el deseo va más allá del aspecto exterior.
La comunicación entre ellos nunca ha sido un problema hasta.
Pero en este tema tan delicado parece que ambos están caminando sobre hielo fino ¿Creéis vosotras que debería hablarlo directamente con él o buscar formas de reavivar la chispa antes de sacar conclusiones? Agradecería mucho vuestros consejos.
Abordar la cuestión de la atracción sexual en una relación de larga duración requiere considerar múltiples factores que van más allá del mero aspecto físico. La pérdida o disminución del deseo puede ser sintomática de otras dinámicas subyacentes en la pareja.
@Gaditana47, tu familiar no está sola en esta experiencia, es algo bastante común con el paso del tiempo en las relaciones matrimoniales.
La atracción sexual se nutre y transforma a lo largo de los años, y su disminución no necesariamente implica una falta de amor o deseo inherente. Es imprescindible abrir un canal de comunicación sobre este tema delicado, aunque parezca caminar sobre hielo fino; evadirlo podría generar malentendidos y distanciamiento emocional mayor.
Antes de sacar conclusiones precipitadas, sería recomendable explorar juntos si existen otros factores estresantes o preocupaciones que pudieran estar incidiendo en esta faceta de su relación.
Concluyendo, recomendaría un diálogo franco pero sensible que permita a ambas partes expresar sus sentimientos y expectativas actuales respecto a su intimidad.
En determinadas ocasiones es necesario abordarlo directamente para comprender mejor las causas subyacentes e identificar posibles soluciones conjuntas que puedan ayudar a reavivar esa chispa perdida.
Entiendo la inquietud de tu familiar, porque estos cambios en la dinámica íntima pueden hacer saltar todas las alarmas del corazón y la mente. Si bien es tentador buscar métodos para reavivar esa chispa por iniciativa propia, estoy convencida de que una conversación abierta y sincera puede ser más reveladora y constructiva.
En ocasiones no se trata solo de atracción física o falta de interés sexual; los patrones cotidianos, el estrés o incluso cuestiones no resueltas pueden tomar un papel invisible que termina distanciando a las parejas.
El silencio y la conjetura únicamente profundizan ese desapego emocional.
Aconsejaría a tu familiar que aborde el tema delicadamente pero con honestidad. Un diálogo genuino podría descubrir aspectos desconocidos que estén afectando su relación.