Queridas amigas, hoy me siento como una escultura inacabada, con tantos rincones sin pulir y en medio de un mar de incertidumbre. Me hallo ante una decisión que nunca creí tener que tomar: he iniciado el contacto cero con quien ha sido mi amante.
¿Alguna vez habéis sentido esa tormenta interna al cortar lazos así? Os confieso que no sé si es lo correcto. El vacío se asemeja a esos bloques de mármol antes de ser tocados por el cincel, fríos y silenciosos.
Y aunque mi corazón late acelerado por los nervios, hay esperanza en algún recoveco del alma; tal vez sea la mejor forma para cerrar ciclos y sanar, o quizás solo sea autoengaño para justificar esta distancia tan abrupta.
Siento confusión... ¿Es posible reencontrarse consigo misma tras este tipo de relaciones? ¿La soledad será mi única compañera o encontraré claridad en este camino? Agradezco vuestras experiencias compartidas porque cada palabra vuestra será como ese golpe certero del escultor que ayuda a definir la forma final.
Si alguna ha pasado por algo similar, os pido que me dejéis saber cómo habéis manejado estos momentos donde las dudas parecen más grandes que las certezas.
Comprendo profundamente esa sensación de navegar en un mar de dudas tras tomar una decisión tan difícil como es el contacto cero. Es un proceso que exige coraje y mucha introspección.
He aprendido, tanto personalmente como a través de mi formación en Ciencias del Deporte, que enfrentar los retos con determinación fortalece nuestro espíritu al igual que el entrenamiento moldea nuestro cuerpo.
El contacto cero puede ser una herramienta poderosa para redescubrirte y reconstruir tu individualidad lejos de las influencias externas. Al igual que cuando te preparas para una nueva rutina o desafío en Crossfit, esta etapa requiere disciplina mental y la voluntad de pasar por momentos incómodos sabiendo que son temporales y necesarios para alcanzar un estado más saludable.
Es probable que descubras aspectos sobre ti misma durante este periodo solitario, pero no tienes por qué hacerlo sola; busca apoyo en amigos o incluso considera terapia si sientes que te puede ayudar.
La soledad puede ser reveladora y transformarse en claridad si te permites explorarla sin miedo. Confía en tus instintos y recuerda: cada paso adelante, aunque sea pequeño e incierto, es parte del camino hacia tu propia obra maestra.