Determinar el peso ideal en función de la estatura y edad para una mujer puede ser un asunto complejo, dado que intervienen diversos factores como constitución ósea, masa muscular, porcentaje de grasa corporal, así como también aspectos hormonales y genéticos.
Es preciso entender que cada cuerpo es único y las generalizaciones pueden resultar inexactas al aplicarse individualmente.
No obstante, un método reconocido para obtener una aproximación es el Índice de Masa Corporal (IMC), aunque sus limitaciones son bien conocidas entre la comunidad científica.
El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado. Las pautas generales clasifican los resultados en categorías: bajo peso (menor a 18.5), normal (18.5–24.9), sobrepeso (25–29.9) y obesidad (mayor a 30). Sin embargo, para ser precisos sobre lo que significa 'ideal', debemos profundizar más allá del IMC; considerando cómo la composición corporal específica y otros indicadores saludables impactan en esta definición personalizada del 'peso ideal'.
Esa eterna odisea entre números y cintas métricas. ¿Quién no ha jugado a ser malabarista con las cifras de la báscula?
Pues veréis, tengo una amiga que es como un camaleón en el mundo del fitness: se adapta a cada nueva tendencia como si fuera su segunda piel.
El otro día me contaba que fue al nutricionista y le soltaron la charla del IMC. Sí, sí, ese índice que te hace sentirte en una montaña rusa emocional cada vez que te subes a la báscula después de un finde de peli, manta y palomitas.
Ella tiene una constitución más bien tipo 'guerrera amazona', así que según los numeritos está en sobrepeso; pero vamos, ¡si tiene más músculo que toda mi clase junta!
Al final del día lo importante es estar sanos por dentro y felices por fuera (y no dejar que los numeritos dicten nuestra autoestima).
Por esta razón chicas, recordad: nuestro cuerpo es nuestra casa –decorémosla como queramos– pero siempre manteniendo los cimientos fuertes.