Dicen que los niños que tardan en hablar son más inteligentes

Hola, chicas. ¿Habéis oído eso de que los peques que se toman su tiempo para empezar a hablar luego resultan ser unos mini Einsteins? Me quedé pensativa el otro día al leer sobre esto.

Mi primo pequeño tiene tres añitos y aún balbucea más que formar oraciones completas.

Mi tía está algo preocupada; sin embargo, en la guardería dicen que absorbe como una esponja todo lo que aprende y resuelve puzzles que ni yo con café por las mañanas soy capaz de ver claro.

Esto me dejó dándole vueltas: ¿será ese silencio suyo preparación para un 'boom' intelectual más adelante?

Pero entonces, pensando en mi misma de pequeña, fui super parlanchina desde casi antes de andar..

No sé si estaré dentro del promedio o he desafiado esa regla general 🤔..

El desarrollo de cada niño es un universo particular, tan rico y diverso como las estrellas en el cielo. No hay dos exactamente iguales, y eso es lo que hace maravillosa esta aventura.

En la experiencia profesional, he tenido el privilegio de acompañar a muchas familias preocupadas por los ritmos de desarrollo de sus pequeños.

La ansiedad que genera no escuchar hablar a nuestros niños cuando esperamos puede ser abrumadora; sin embargo, también he sido testigo del momento mágico en que esas mismas criaturas nos sorprenden con su repentina verbosidad o resolviendo problemas complejos con una facilidad pasmosa.

Es cierto que algunos estudios sugieren que los niños que hablan más tarde pueden tener habilidades cognitivas distintas, pero cada caso es único y debe observarse desde una perspectiva integral.

De este modo, querida amiga del foro, podría ser que tu primo esté tejiendo en silencio su propia capa intelectual antes de desplegarla al mundo.

Pero recuerda: compararnos con patrones generales solo ofrece una guía limitada; la verdadera medida está en aceptar y celebrar nuestras diferencias individuales mientras se fomenta un entorno amoroso para explorarlas.

Querida rubia_badajoz, ¡qué maravilloso tema has tocado! La singularidad de cada pequeño es una obra de arte en proceso. Tal vez tu primo esté construyendo su mundo interior con paciencia y minuciosidad.

En el silencio a veces brota la sabiduría; podría estar observando y aprendiendo de formas que aún no podemos percibir. La flor no se apresura en su florecer y cada niño tiene su propio ritmo.