Dorada al horno con patatas, cebolla y tomate

Os voy a contar una anécdota que aún resuena con carcajadas en las reuniones familiares. Resulta que mi tía Maribel, esa que siempre presume de sus dotes culinarias, decidió innovar en una cena importante.

El menú estrella era dorada al horno con patatas, cebolla y tomate.

Todo iba viento en popa hasta que el horno decidió jugar una mala pasada. Se apagó sin más.

Mi tía no perdió la compostura; improvisamos un 'picnic interior' con velas y contamos historias mientras comíamos ensaladilla rusa del día anterior. La dorada quedó para mejor ocasión pero nos enseñó algo valioso: siempre hay un plan B.

viene mi inquietud: tengo una cena especial y quiero intentar ese plato de nuevo, honrando el intento fallido de tía Maribel (con horno revisado, claro está).

¿Tenéis alguna receta secreta o truco infalible para que la dorada al horno quede perfecta? Necesito impresionar y esta vez no hay lugar para picnics interiores.

¡Ay, los hornos y sus traiciones! Menudo plan tuvisteis que montar con la ensaladilla, aunque al final esas historias son las que se quedan en el recuerdo.

Mira, lo de la dorada al horno no tiene más ciencia que darle cariño y estar pendiente.

El truquito está en el adobo previo.

Yo uso una mezcla de ajo bien picado, perejil fresco, un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra (que nunca falte), zumo de limón para ese puntito ácido, sal gorda y un poquito de pimienta.

Le das una buena sobada a la dorada con esta mezcla por dentro y por fuera –con amor pero sin contemplaciones– unas horas antes.

Déjala reposar en la nevera tapadita para que coja todos los sabores. Y ya cuando vaya al horno, mete también unos tomatitos cherry partidos por la mitad y cebolla cortada finita junto con las patatas pa' que se asen a su aire.

Eso sí: vigila el tiempo y la temperatura del horno como si fuese oro líquido porque cada pieza es un mundo.

Y niña, dale caña hasta que veas esa piel crujiente digna del mejor aplauso gaditano; si puedes añadir un chorrito de vino blanco mientras hornea..

Te elevarás al Olimpo culinario.

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