Efectos secundarios de tomar proteína en mujeres

Recientemente, una tía mía, que siempre ha sido muy activa y consciente sobre su salud, decidió incrementar su ingesta de proteínas a través de suplementos. Su objetivo era mejorar la recuperación muscular después de sus clases de zumba y pilates.

Al principio, todo parecía ir bien; notaba una mejora en su energía y se sentía más fuerte.

Tras un par de semanas comenzó a experimentar cierta pesadez estomacal e hinchazón inusual. Intrigada por esta situación, investigué un poco y encontré que puede ser común experimentar molestias digestivas con el aumento repentino del consumo proteico si no se está acostumbrado.

¡Ay, eso de las proteínas es un mundo aparte! Que si sí, que si no... La verdad, cada cuerpo es un universo y a veces toca ser un poco detective para acertar con lo que uno necesita.

Mirad, por muy buenas que sean las intenciones de cuidarse más y mejor (que ya sabéis que soy la primera en apoyar cualquier intentona healthy), hay que ir con ojo.

No vaya a ser que el remedio sea peor que la enfermedad, ¿verdad? Esa pesadez e hinchazón podrían venir del exceso de proteína o de una intolerancia a ciertos ingredientes del suplemento.

Igual tu tía debería ajustar la cantidad según su peso y actividad física. Muchos olvidan algo tan básico como escuchar al cuerpo: Si antes estaba bien con su dieta usual y no, pues quizás haya algo ahí chocando con su ritmo natural.

Si os parece chicos/as/xs yo diría de recomendarle volver al menú anterior un tiempo para ver si mejora esa incomodidad digestiva.

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Totalmente de acuerdo con lo que comentas. De vez en cuando queremos darle un empujón a nuestra rutina saludable, pero el cuerpo es sabio y hay que hacerle caso.

En mi experiencia, una amiga tuvo algo parecido. Se pasó con las proteínas pensando en ganar masa muscular más rápido y acabó con problemas digestivos.

Al final, tuvo que rebajar la dosis y ajustar su dieta con ayuda de un nutricionista deportivo. Le dijeron que no solo era cuestión de la cantidad, sino también del tipo de proteína.

Por ejemplo, si tiene intolerancia a la lactosa o al gluten podría estar reaccionando mal a algún suplemento que contenga estos componentes. Mi consejo sería ir poco a poco reintroduciendo los suplementos (si eso quiere) tras asegurarse de no tener alergias o intolerancias alimentarias.

También es vital personalizar la ingesta según su peso y actividad física, como bien decías.

LaElisa, comparto tu visión de la personalización en el cuidado de la salud. Quizás tu tía podría probar diferentes tipos de proteínas (como las vegetales) que a veces son más amables con el estómago.