Queridas compañeras, me encuentro sumida en una espiral de dudas que espero puedan ayudarme a desenredar. He leído acerca de los beneficios del ejercicio físico para tratar la depresión, pero aún no logro comprender completamente su alcance terapéutico.
Recientemente mi esposo comenzó a padecer episodios depresivos y aunque hemos iniciado un tratamiento psicológico, varios conocidos nos han sugerido incorporar actividad física regularmente. Estamos intentando incluir el ciclismo, pues es un deporte que a mí personalmente me ha aportado gran bienestar.
No estoy segura de cómo la práctica constante puede impactar realmente en su estado anímico y qué tipo de ejercicios serían más adecuados en esta situación. ¿Cómo abordaríais vosotras esta coyuntura? ¿Existe alguna experiencia personal que podáis compartir sobre cómo el ejercicio ha influido en vuestro bienestar emocional o el de vuestras parejas? Cualquier consejo será recibido con gratitud ante este mar de incertidumbre.