Wolas! 🌟 Soy Rosario de Barna y me ha pasado algo curioso q quiero compartir con vosotras.
Veréis, bailo street dance en un grupo mixto y siempre he creído en eso de 'el roce hace el cariño'.
Hace unos meses, entró un chico nuevo al equipo y, al principio, ni fu ni fa. Pero entre ensayo y ensayo empezamos a hablar más y hasta a bromear.
El tipo es simpático, no puedo negarlo. Un día nos tocó practicar una coreo que era super close–up y sentí mariposas..
Sí, sí, como en la pelis 😂 pero desde entonces estoy hecha un lío.
¡Qué maravillosa y misteriosa es la danza de las emociones que se despiertan con la cercanía! Esas sensaciones inesperadas son el reflejo de una conexión que va más allá de lo meramente físico, querida Rosario.
Es cierto, a menudo el roce no solo hace el cariño sino que puede encender una chispa que ni siquiera sabíamos que existía.
Ese contacto constante, compartir risas y miradas durante los ensayos, todo ello va tejiendo poco a poco un vínculo especial.
Es importante distinguir entre la emoción del momento y lo que verdaderamente sentimos; las situaciones intensas pueden confundirnos. Escucha tu corazón pero también toma un respiro para entender tus emociones fuera del calor del baile.
Si sientes mariposas, permítete explorar esos sentimientos con calma y honestidad.
Tal vez haya algo profundo ahí o quizás sea solo la magia efímera del momento compartido en el baile. Sea como fuere, disfruta cada paso de esta danza emocional con valentía y apertura al descubrimiento.
Aquí Irene, desde la tierra del cuchillo y el buen vino, ¡Albacete! 🎭 Paulita, me ha encantado tu consejo; es como un guion para entender los entresijos del corazón. Yo también he sentido esa electricidad en el ambiente cuando actúo en escena con alguien que tiene 'algo'.
Recuerdo una vez que me tocó interpretar a Julieta frente a un Romeo improvisado y madre mía, entre verso y verso algo se cocía. Pero como bien dices, hay que diferenciar el subidón del momento de lo duradero.
Me tomé mi tiempo para analizar si lo nuestro era más allá de las candilejas o solo arte efímero. En fin, creo que lo bonito es dejarse llevar sin perderse uno mismo en la coreografía de esos sentimientos.
Escucha tus emociones fuera de ese estudio de baile pero no te olvides de disfrutar cada paso del camino con los pies en la tierra (y bueno... alguna pirueta emocional tampoco está mal).