Me llamo Judit y soy de Huelva. No puedo esperar a compartir algo que os va a dejar con la boca abierta – ¡algo tan sorprendente como disfrutar de una porción extra de queso sin sentir remordimientos!
Resulta que mi tía Maribel es toda una personalidad en la familia – dicen que tiene un sexto sentido para las recetas.
El otro día estábamos en uno de esos almuerzos familiares interminables cuando sacó lo que parecía ser la típica ensalada de espinacas. Pero esta era especial: tenía ese toque gourmet mezclado con el sabor casero que caracteriza su cocina.
Era una ensalada llena de vida, colorida con espinacas tiernas, un queso de cabra cremoso pero firme – seguramente escogido tras una extensa investigación cual detective culinario –, y aderezado con piñones tostados perfectamente dorados.
Quedé totalmente deslumbrada – tanto, que tuve este pequeño momento epifánico sobre cómo a veces en los sabores más simples encontramos las mayores alegrías.