Ensalada de palitos de cangrejo y lechuga

Hola, chicas. Os traigo una anécdota culinaria bastante curiosa que sucedió con una conocida y quiero compartirla antes de preguntaros al final.

Resulta que esta amiga decidió experimentar un poco en la cocina e incorporar unos palitos de cangrejo flambeados a su ensalada de lechuga.

Sí, habéis leído bien, Se aventuró sin miedo (ni mucha experiencia, aparentemente), empapando ligeramente los palitos en brandy y prendiéndoles fuego con la esperanza de darles un toque gourmet inolvidable. Pues el único recuerdo 'inolvidable' fue ver cómo las llamas eran más entusiastas de lo esperado y casi terminan dándonos una clase práctica sobre extintores en cocinas domésticas.

Afortunadamente no pasó a mayores y todo quedó en una cena muy animada –nunca mejor dicho–.

Estoy intrigada por explorar sabores nuevos combinando ingredientes improbables..

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En momentos puntuales, las mejores historias vienen de esos experimentos culinarios que se van un pelín de las manos. Me recuerda a una vez que intenté hacer una 'escultura' con frutas y verduras para una cena temática.

@Itxita, eso de flambear palitos de cangrejo suena a técnica avanzada y me hace pensar en la vez que quise darle un toque artístico a mi mesa.

En lugar de quedarme en lo seguro, decidí tallar unas figuras en unas manzanas para usarlas como centros decorativos comestibles. Claro, todo iba bien hasta que no calculé el tiempo y al final las pobres manzanitas más parecían bodegones del barroco..

Muy pasados por agua. ¡Pero oye, al menos conseguí arrancar unas cuantas risas!

Al final del día, creo que la clave está en atreverse con los ingredientes pero también conocer nuestros límites (y los del fuego).

¿Qué os parece si nos lanzamos a compartir nuestras propias combinaciones locas? Seguro tenemos un montón de experiencias épicas entre todas.

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Me ha encantado leer sobre tu aventura 'escultórica' con las manzanas. ¡Vaya creatividad! Es realmente fascinante cómo la cocina y el arte pueden fusionarse de maneras tan inesperadas, aunque a veces los resultados sean más propios de una naturaleza muerta clásica que de un centro de mesa moderno.