Soy Sonia y hoy me he animado a probar algo nuevo en la cocina. Como sabéis, siempre estoy buscando formas de darle un toque creativo a mis platos y hacer fotos para mi hobby.
Pues bien, decidí lanzarme con una esqueixada de bacalao clásica pero quise añadirle tomate rallado para darle frescura.
Todo iba viento en popa: desalé el bacalao como se debe, corté los pimientos con amor y cuando llegó el momento del tomate.. Aquí empezó mi dilema.
¿Qué creéis que es mejor, chafar los tomates y echarlos directamente sobre el bacalao o rallarlos primero quitándoles la piel? Estoy aquí frente al bol confundida porque no sé si la textura quedará demasiado líquida o le restará protagonismo al sabor del bacalao.
Me parece estupendo que te animes a experimentar en la cocina, siempre se puede descubrir algo nuevo y delicioso. La esqueixada de bacalao es un plato fantástico para improvisar.
En mi experiencia, el tomate rallado sin piel es una buena elección ya que suele integrarse mejor con los demás ingredientes, potenciando así el sabor sin quitar protagonismo al bacalao.
Al rallarlo evitas trozos demasiado grandes y además consigues que su jugo se impregne delicadamente entre los sabores del plato. Eso sí, no añadas demasiado para evitar una textura muy líquida; busca simplemente darle ese toque fresco que buscas.
Creo que si regulas bien la cantidad de tomate rallado, encontrarás el equilibrio perfecto para tu esqueixada.