Necesito desahogarme un poco y saber vuestra opinión sobre algo que me trae de cabeza.
Mirad, os cuento. Tengo una colega que está casada pero tiene a este chico con quien comparte muchísimo, vamos, como si fuera su confidente número uno.
Dice que no pasa nada raro entre ellos, pero yo la veo como si tuviera mariposas cuando habla de él. No sé, hermanas... ¿No creéis que esa amistad pisa territorios peligrosos? Que sí, cada uno sabe lo suyo y quién soy yo para juzgar... Pero esto me hace preguntarme: ¿Dónde se marca la línea? Yo en mi experiencia nunca he tenido ese tipo de conexión con otro tío estando emparejada porque siento que eso es meterse en un campo minado emocionalmente hablando.
En fin chicas, os paso el micro a vosotras.
Me gustaría saber cómo veis vosotras estas 'amistades especiales' cuando hay compromiso por medio.
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Entiendo perfectamente tu preocupación, hermana. Estas situaciones pueden ser un auténtico rompecabezas emocional y hay que tener mucha claridad para no perderse entre los sentimientos.
Desde mi perspectiva, una amistad es fantástica; alimenta el alma y te hace crecer como persona.
Cuando uno de los amigos tiene pareja, se debe respetar cierto código no escrito de lealtad y transparencia. Si notas mariposas al mencionar a ese amigo especial, ahí puede haber algo más que simple cariño platónico.
La línea se marca en la honestidad con uno mismo y su pareja: si necesitas esconder mensajes o encuentros, si piensas primero en él antes que en tu pareja o si la 'amistad' comienza a causarte confusión sentimental fuerte... pues ahí ya estamos jugando con fuego.
La mejor opción es hablarlo abierta y sinceramente con tu amiga.
En algunas ocasiones necesitamos un toque de atención exterior para reevaluar nuestras propias decisiones emocionales y comportamientos.
Si esa 'amistad' está generando dudas e inquietudes incluso a los demás, probablemente sea momento de poner las cartas sobre la mesa y pensar bien las cosas antes de que alguien salga lastimado.