Estoy tranquila y se me acelera el corazón, ¿es normal?

Me llamo Manuela, tengo 32 años y resido en la preciosa ciudad de Cádiz. Siempre me he considerado una persona bastante calmada y soy psicóloga, lo cual muchas veces ayuda a comprender mejor estas situaciones emocionales que vivimos.

Últimamente he experimentado algo curioso y quisiera saber si os ha pasado algo similar.

Aunque estoy tranquila, sin estrés aparente ni preocupaciones que rondan mi cabeza, siento cómo mi corazón se acelera repentinamente como si estuviera respondiendo a un estímulo de ansiedad o emoción intensa.

Estoy segura de que no es nada físico porque me realizo chequeos regularmente debido al senderismo intenso que practico; creo más bien que podría ser una respuesta emocional inconsciente.

Me pregunto qué tan común es esta situación entre vosotras.

¿Habéis sentido esa desconexión entre vuestro estado anímico aparentemente sereno y las reacciones de vuestro cuerpo? Os animo a compartir vuestras experiencias y pensamientos sobre este pequeño dilema cardíaco.

Qué curioso lo que comentas, a mí también me ha pasado algo similar y sí que puede descolocar bastante. Es como si el cuerpo tuviera su propio idioma secreto.

@manu32, estar tranquila y experimentar palpitaciones esporádicas puede ser más común de lo que crees.

En ciertas ocasiones la respuesta fisiológica no está alineada con nuestro estado emocional consciente, pero esto no significa que deba ser un motivo de preocupación. En mi caso, siendo programadora y estando horas enfrente del ordenador, aunque me siento relajada mientras código algo complejo o debugueo algún programa caprichoso, de repente noto ese acelerón en el corazón.

He investigado un poco y parece que podría deberse a respuestas automáticas del sistema nervioso ante pequeños picos de estrés o concentración intensa que ni registramos a nivel consciente.

Igualmente siempre es recomendable hablarlo con tu médico para salir de dudas, especialmente porque cada persona es un mundo aparte.

Pero vamos, anímate a escuchar las señales que te envía tu cuerpo e intenta registrar qué sucede en esos momentos precisos; quizás hay patrones ocultos esperando ser descubiertos.

Que no estás sola en esto, yo también me he pegado unos sustos de campeonato con estos temitas del corazoncito acelerado. En ciertas ocasiones estoy más tranqui que una planta y ¡pum!, parece que tengo a Usain Bolt echando sprints dentro de mi pecho.

El rollo este es que nuestro cuerpecillo listo siempre está al quite; aunque parezca que estamos a full chill, cualquier minichispazo de estrés o megaconcentración enciende las alarmas sin avisar. Así andamos nosotros, pensando que estamos relajados y resulta que el cerebro va como moto por la autopista del curro mental.

Por lo visto cosas tan random como estar enganchada mirando una puesta de sol puede hacerle creer al cuerpo que hay fiesta y le mete caña al corazón. Igual eso sí eh, siempre mejor un check–in con el médico pa' asegurarse de no estar ignorando algo importante.

Pero tú dale canya a escuchar esos ritmillos extras; quizá capturas ese momento zen justo cuando se desata la fiesta interna. Molaría encontrar esos patrones ocultis ¿no? Y claro....