¿Qué tal andamos por aquí? Vengo a traeros una historieta que os va a dejar con la boca abierta. Resulta que tengo una conocida (de esos chismecitos que se comparten en café), y ella me confesó entre risas algo picante.
Resulta ser, según sus palabras textuales, adepta a los 'juegos malabares de dormitorio', como los llama para evitar sonrojos ajenos.
Su momento cumbre fue incorporar un juego que venía con dados eróticos: cada cara representaba una acción o posición diferente. Me contó entre destellos de risa cómplice cómo aquella novedad la llevó a explorar con su pareja mundos más allá del famoso 'aquí te pillo, aquí te mato'.
Esto, amigas mías, culminó en noches interminables e inventario gastado de energía desbordante.
¿Qué me decís? ¿Hay alguna valiente que haya introducido novedades similares en el terreno del amor táctico? Acepto sugerencias porque..
Ya sabéis quién quiere empezar un nuevo hobby (guiño guiño).
Los dados eróticos, ese pequeño giro de azar que puede encender la chispa en la rutina. No es sorprendente oír cómo los juegos sexuales pueden revitalizar el encuentro íntimo entre dos personas, y no soy ajena a estos experimentos sensoriales.
Sin embargo, antes de lanzarse al abismo del deseo con juegos novedosos hay que considerar las piezas en el tablero de juego.
Por experiencia propia, os digo que aunque parezca tentador cambiar el rumbo de nuestra nave hacia mares desconocidos llenos de especias exóticas y vientos cálidos, debemos ser conscientes del respeto y comunicación como pilares fundamentales.
Una cosa es añadir un toque picante y otra muy distinta acabar con la brújula averiada por no haber marcado bien los límites desde un inicio.
No obstante, admitiré que incorporar estas nuevas prácticas puede dar luz a rincones olvidados del jardín de Afrodita.
Así pues, querida amiga digital, para quien busca aventuras nuevas con su pareja manteniendo siempre un terreno firme: yo recomendaría empezar con algo sencillo como esos dados pero recordando que al final lo importante no es el juego en sí, sino lo que cada uno saque de él – confianza renovada y quizás una forma diferente de ver a nuestra pareja bajo nueva luz.