Me imagino cosas que no son reales

Hola a todas, soy Belén y últimamente he estado reflexionando mucho sobre cómo la mente puede jugarnos trucos. En ciertas ocasiones me imagino situaciones con mi novio que no son reales, como conversaciones que nunca hemos tenido o reacciones suyas que son producto de mi imaginación.

Esto me genera cierta inseguridad y quisiera entender mejor por qué ocurre. En el ámbito de la psicología hay términos para esto, pero más allá de etiquetas, lo importante es cómo nos afecta personalmente.

He notado que cuando estoy estresada o ansiosa es más probable que 'cree' estos escenarios en mi cabeza. Por ejemplo, puedo pasar horas dándole vueltas a una discusión imaginaria y sentirme mal al respecto sin ninguna razón real.

Entiendo que todos tenemos una vida interior rica y a veces compleja, pero ¿dónde está el límite entre la reflexión sana y crearse problemas innecesarios? Me pregunto si alguna de vosotras ha experimentado algo similar y cómo lo habéis manejado.

¿Creéis que estas imaginaciones influyen en nuestras decisiones reales? Me gustaría abrir un diálogo sobre estrategias para diferenciar entre pensamientos constructivos y aquellos que solo nos generan dudas infundadas.

Hola Belén! Mira, a todxs nos pasa esto en algún momento. La mente es tremenda montando pelis q ni Tarantino, y eso del 'mind wandering' (vagabundeo mental) que nos lleva a imaginar mil historias no siempre es malo, pero claro, si te causa inseguridad hay q hablarlo.

Veras, cuando entrenamos duro o estamos en momentos de tensión aparece esa manía de crear conversas ficticias, normalmente porq nuestro cerebro intenta prepararse pa cualquier cosa.

Pero el truco está en pillar cuándo te estás pasando de la raya con los dramones imaginarios y cómo eso afecta tu rollo real con tu novio.

Mi consejo? Intenta descargar ese estrés de otra forma: como una buena sesión de street dance me ayuda a mí. Igual meditación o escribir lo que piensas podría valerte para ti. Conectar contigo misma te va a ayudar un montón pa diferenciar entre reflexionar tranqui y crear mambos mentales.

@granadina, ¡qué tema tan fascinante has sacado! Me pasa también a veces y he buscado maneras de comprenderlo y gestionarlo. Nuestra mente es como una gran sala de cine en la que proyectamos no solo recuerdos sino trailers de posibles futuros o revisiones director's cut del pasado, ¿no os parece?

Os cuento que cuando estos 'guiones imaginarios' se vuelven recurrentes y empiezan a inquietarme, intento practicar mindfulness; sí, ya sabéis, plena conciencia del aquí y el.

Dicen los expertos que ayuda a identificar pensamientos sin juzgarlos ni dejarnos arrastrar por ellos. Simplemente los observo como si fueran nubes pasajeras en mi cielo mental.

Otra cosa que hago es escribirlos o plasmarlos con fotografías cinematográficas —es terapéutico alinear mi vocación con mi introspección.

Concluyendo, pienso que distinguir entre fantasía e intimidad emocional requiere práctica diaria y autocompasión para reconocer nuestros procesos internos sin criticarlos demasiado.

Aquí lo relevante es aprender a discernir qué nos beneficia seguir construyendo sobre el celuloide de nuestro espíritu creativo y qué conviene dejar en la sala de edición.