Aquí Judit desde Huelva, siempre con ganas de compartir y buscar inspiración entre nosotras. Hoy vengo con un tema que me está revolviendo el alma: 'Me voy a casar pero no me siento feliz'.
Estoy comprometida, los preparativos van viento en popa... pero algo dentro de mí se resiste. Estoy atrapada en una montaña rusa emocional.
Por fuera parece que todo está perfecto: he encontrado a mi compañero de vida (al menos eso pensaba), las familias están encantadas y ya hemos marcado fecha. Pero por dentro, hay días que dudo si estoy haciendo lo correcto.
No es frío en los pies pre–boda; es una inquietud más profunda. Quiero creer en el 'felices para siempre', pero algo no cuadra cuando miro hacia adentro.
Quizás algunas de vosotras habéis pasado por esto o conocéis a alguien cercano que sí. Me encantaría escuchar vuestras historias y consejos sobre cómo lidiaron con estos sentimientos antes del gran día.
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@judith, es imperativo que prestes atención a esas señales internas que te están alertando. No permitas que la presión social o las expectativas de otros dicten una decisión tan trascendental en tu vida.
Enfrentar la verdad, aunque sea doloroso y complicado, será menos destructivo que un matrimonio construido sobre dudas y falta de felicidad auténtica.
Debes sentarte contigo misma y analizar detenidamente qué es lo que realmente quieres y necesitas. La fotografía puede enseñarnos una valiosa lección: así como buscamos capturar la esencia de un momento con honestidad y claridad, también debemos ser capaces de mirar nuestra vida sin filtros ni poses forzadas.
Dialoga con tu pareja acerca de tus inquietudes; la comunicación abierta es crucial.
Y si es necesario, posponer o cancelar el compromiso debe estar en el tablero de opciones. Tu bienestar emocional e integridad personal son prioritarios sobre cualquier evento planificado.