Hola, compis de foro. Os escribo porque creo que a veces la historia familiar puede darnos luces sobre cómo manejar situaciones del presente.
En mi familia siempre ha habido una leyenda urbana sobre una tía bisabuela mía, una señora con un carácter bastante peculiar.
Se contaba que esta pariente lejana no dejaba pasar ni una a su pareja.
Él era el típico 'hombre hecho a sí mismo' y tenía un aire independiente que rozaba lo arrogante.
Ella, sin embargo, utilizaba su ingenio para contrarrestar las idiosincrasias de él; siempre tuvo clarísimo cómo valerse por sí misma y hacía uso de la comunicación asertiva para establecer límites claros en su relación.
No solo eso, sino que también se aseguró de tener su propio espacio e intereses personales para no sentirse eclipsada por la personalidad tan abrumadora de su esposo.
Bien, pasando esto al contexto actual..
Me doy cuenta de que en ocasiones siento cierta inseguridad al plantear mis necesidades y deseos ante mi pareja. Ocasionalmente es complicado mantener esa chispa asertiva y confiada cuando las emociones entran en juego o cuando percibo desequilibrio en la toma de decisiones conjunta.
¿Alguna vez os habéis sentido así? ¿Cómo encontráis ese equilibrio entre darle espacio pero también ser escuchadas? Espero vuestros consejos.