Querida comunidad, me encuentro ante vosotras con una inquietud que ha surgido recientemente en mi entorno familiar. Uno de mis seres queridos está experimentando un miedo intenso a las alturas, y aunque reconozco esta fobia como acrofobia, deseo entenderla más profundamente para poder acompañarle mejor.
Este temor se manifiesta de tal modo que incluso pequeñas alturas o subirse a una escalera pueden provocar ansiedad. Aunque soy psicóloga, me encuentro en la encrucijada emocional de ver a alguien cercano pasar por este dilema sin tener todas las respuestas prácticas al momento.
Me gustaría conocer sus experiencias, si alguna vez han enfrentado algo similar y cómo han gestionado el equilibrio entre el apoyo y la promoción de autonomía sin invadir su espacio personal ni minimizar sus sentimientos.
Cierro esta reflexión abriendo mis brazos virtualmente para recibir vuestros consejos y estrategias que puedan enriquecer nuestro caminar por estos senderos emocionales tan vertiginosos como reales.
¿Cómo habéis navegado tales situaciones? La conexión humana tiene el poder sanador del entendimiento compartido.