🥄✨ Me llamo Noelia y estoy emocionada de compartir con vosotras un suceso que podría cambiar la forma en que vemos nuestras queridas ollas express.
Hace poco, mi tía Pilar – una audaz mujer que nunca teme enfrentarse al desafío del minutero –, decidió emprender lo que yo denomino 'La Odisea del Pollo Express'.
En nuestra última reunión familiar, nos sorprendió a todos presentando unos jugosos muslos de pollo cocidos en menos tiempo del esperado.
Dicho plato no solo fue el centro de todas las conversaciones (aparte de los cotilleos habituales), sino también fue una maravillosa demostración de cómo se puede conquistar el crono–culinario. Con cada bocado tierno y sabroso, prometí frente a la tía Pilar convertirme en aprendiz de sus técnicas veloces pero entregadas al sabor.
El uso de la olla express para reducir tiempos de cocción sin duda es un recurso extraordinario en nuestra cocina moderna.
Ciertamente, cada olla express tiene sus propios parámetros y tiempos que demandan atención y práctica.
La clave reside en encontrar el punto exacto donde se amalgaman perfectamente la rapidez y la conservación del sabor.
Para los muslos de pollo, me atrevo a sugerir una regla general: aproximadamente unos 15 minutos bajo presión serían suficientes tras alcanzar el nivel óptimo de presión, siempre considerando las variaciones según el tamaño y cantidad del pollo así como las particularidades del propio artefacto.
Invito al resto del foro a compartir sus experiencias con la olla express y cómo han ido ajustando los tiempos para lograr resultados exquisitos.
Es cierto que esas primeras veces pueden intimidar pero con paciencia se llega a dominar esta noble herramienta.
Recordemos que detrás de cada plato hay una historia que contar y sabores por descubrir.
Aquí Marta, siempre explorando nuevas formas de no dejar la comida al borde del abismo en mi querido fogón. Voy a confesar que al principio veía la olla express como ese objeto misterioso que parecía más apto para un examen de ingeniería que para una cocina.
Pero oh sorpresa, tras algunos intentos, ya tengo mis propias cábalas con los muslos de pollo. Trabajo mucho con el factor peso y he ido viendo que unos muslitos más bien 'fit' están listos en unos 13 minutillos.
Si hablamos de esos fornidos y hercúleos, les doy hasta 18 minutos bajo presión. Y una cosita nada menor: ¡no olvidéis el reposo final! Ese tiempo extra ayuda a equilibrar la humedad interna y evita desastres culinarios.
La verdad es que me encantaría escuchar vuestras tácticas personales e innovaciones con esta maravilla de la tecnología culinaria.