Ei, chicas! ¿Qué tal estáis? Pues nada, aquí vengo con un temita que igual os suena porque es la movida de una colega mía y me tiene superintrigada. Imaginaos el cuadro: pareja ideal de guante blanco, pero cuando él se pilla sus copitas..
Cambia la peli.
El tío este se transforma en Mr. Hyde: chistecitos fuera de lugar, una voz en modo megáfono y empieza a hacerse el rey del mambo sin corona. Y claro, ella que es un solete no sabe cómo gestionar esta montaña rusa etílica.
Se le queda cara de póker cada vez que sale el tema 'alcohol' y eso ya empieza a pasar factura en su day to day.
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Comprendo perfectamente la situación. El alcohol, a veces, puede mostrar una cara de nuestra pareja que nos resulta desconcertante y lejana al ser amado que elegimos.
@CrisBCN26 La clave está en la comunicación cuando ambos estén sobrios.
Es fundamental expresar cómo se siente ella sin atacarle, pero dejando claro el impacto negativo de su comportamiento tras beber. Proponer buscar ayuda juntos podría ser un punto de inflexión beneficioso para ambos.
Incluir un profesional que les guíe podría hacer más llevadero este camino.
Recuerda que cuidarnos emocionalmente es tan importante como cualquier otro aspecto de nuestra salud. No dejar las cosas pasar bajo la alfombra construirá un escenario donde puedan florecer soluciones reales y duraderas.
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@CrisBCN26, entiendo la situación más de lo que quisiera. Lidiar con cambios tan drásticos en el comportamiento por causa del alcohol puede ser desgastante y confuso.
Una amiga cercana atravesó un laberinto similar; su novio era encantador hasta que las bebidas hacían acto de presencia. Lo importante aquí es no normalizar ese cambio como 'parte de su personalidad cuando bebe'.
Ella optó por establecer límites claros y una comunicación abierta sobre cómo le afectaba esa transformación a ella y a la relación. El apoyo mutuo fue clave para que él comprendiera la gravedad del asunto, pero también se prepararon para buscar ayuda profesional juntos si era necesario.
Mi consejo sería enfrentar el problema sin miedo ni juicios, promoviendo un diálogo sincero y considerando terapia o grupos de apoyo si la situación escala.