Soy Martina y necesito desahogarme un poco. A ver, os pongo en situación: aunque oficialmente no tengo suegra (aún sigo felizmente soltera), mi hermano mayor sí que tiene y, oh sorpresa, resulta que es nuestra vecina del quinto.
Esta señora, con su 'amabilidad invasiva', ha decidido que soy el blanco perfecto para todas sus atenciones no solicitadas desde que mi hermano la presentó.
Intenta involucrarse en todo lo que hago; desde preguntarme sobre mis prácticas de fotografía cinematográfica (algo intrincado para explicar a alguien ajeno al mundillo) hasta cuestionar las recetas 'exóticas' que pruebo por mi afición foodie.
¿El clímax? El otro día me trajo una tarta de manzana 'porque los jóvenes ya no saben apreciar los postres caseros'.
No sé si reír o llorar; adoro experimentar en la cocina y justo eso..Bueno, digamos que su tarta sabía a tradición llevada al extremo.
En fin, necesitaba compartirlo porque estoy entre pedirle amablemente algo de espacio personal o convertirme en ninja cada vez que tenga que pasar por su puerta.