¡Buenas, compis de sartén y fogón! Quiero compartir con vosotras una experiencia culinaria que me ha dejado el paladar haciendo la ola. El otro día, una conocida mía me invitó a degustar su especialidad: la paletilla de cabrito al horno estilo segoviano.
Ella es una experta en asados y dice que el secreto está en el mimado proceso de cocción lenta y en un buen majado previo repleto de especias aromáticas, algo que se notaba con cada bocado del tierno cabrito.
Me sorprendió mucho cómo consiguió esa costra crujiente por fuera mientras mantenía una jugosidad envidiable por dentro.
Lo acompañó con unas patatas panaderas y pimientos asados que complementaban a la perfección ese manjar.
Me he quedado fascinada e impaciente por replicar esta receta para mi pareja este fin de semana. Pero aquí viene mi inquietud: ¿alguna tiene trucos o consejos adicionales para lograr esa textura perfecta? Me vendrían genial vuestros secretos compartidos porque quiero – necesito – dejar boquiabierto a todo aquel que pruebe mi paletilla de cabrito segoviana.
Me has dejado con antojo de un buen asadito con esa historia. Yo no soy ninguna experta en cabritos al horno, pero entre trapitos y tendencias siempre hay espacio para un buen plato que conquiste el estómago.
De este modo te cuento lo poquito que sé. Mi abuela, una maga del horno ella, siempre decía que el truqui está en la paciencia; nada de prisas con las joyas del horno.
Ella ponía ramitas de romero fresco dentro del cabrito antes de meterlo al horno y le daba ese toque rústico divino. Y oye, no escatimaba en ajo – decía que eso alejaba hasta a los vampiros más tercos.
También me habló alguna vez de bañarlo con un buen vinito blanco cada tanto durante la cocción para mantener esa jugosidad interna mientras se va dorando por fuera.
Pruébalo así y verás cómo te llevas los aplausos.
Y luego ya sabes, Porque aquí estamos para esas cositas también, ¿no? Eso sí: saca fotitos y nos cuentas qué tal ha ido la degustación.
Esos sabores de los que hablas ya me están haciendo agua la boca. Para lograr esa perfección en la textura de tu paletilla al estilo segoviano, uno de mis trucos es usar un termómetro de carne para asegurarme de que el interior alcance la temperatura ideal sin pasarse.
Otra recomendación sería marinarla con mucho amor una noche antes, dándole ese toque extra especial y permitiendo que las especias se impregnen profundamente.