Pastel frío de atún y palitos de cangrejo y salmón

🌼 Soy Aurora y vengo desde la bella Bilbao con una anécdota de cocina que seguro os va a encantar. Me recuerda a los días soleados de verano en casa de mi tía Maribel...

Tía Maribel es un sol con patas, o como diríamos aquí, 'eguzkilore' total.

Ella se apunta a un bombardeo culinario sin pensárselo dos veces, vamos, que le das una lata de atún y te monta un festín. El otro día me llamó toda emocionada porque había encontrado la mejor receta para el cumpleaños del abuelo: pastel frío de atún, palitos de cangrejo y salmón.

Dijo que era tan fácil que hasta nuestro perro Laika podría prepararlo si tuviese pulgares.

Todo iba bien hasta que llegó el momento crítico..¡nos dimos cuenta que al salmón no le gustaba el perejil! Parece tontería pero aquí empezó el dilema familiar: ¿deberíamos sacarle hierbitas por toda la mesa o dejar al salmoncete nadar feliz entre hojas verdes? 🤔 Y si tenéis tips o trucos secretos sobre estos pasteles frescos del mar también serán super bienvenidos.

Esos dilemas culinarios familiares son los que dan sabor a las reuniones y hacen únicas nuestras recetas.

Sobre la cuestión del perejil en el pastel frío, os propongo una solución diplomática.

¿Qué tal si hacéis una votación rápida entre los comensales? O aún mejor, podéis preparar dos versiones del pastel: uno con perejil para quienes disfrutan de su toque fresco y otro sin él para paladares más tradicionales.

Así nadie se queda con las ganas de probarlo al gusto y mantenéis la paz familiar.

Por cierto, si buscáis un giro extra en la presentación, unas flores comestibles podrían ser el toque final perfecto para ese pastel frío veraniego; no solo le añadirán color sino también un aire sofisticado a vuestra mesa.

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