Pene de sangre y de carne, ¿qué es?

¿Cómo estáis? Hoy os traigo una historia que me ha dejado un tanto perpleja y creo que es el lugar perfecto para despejar dudas. Resulta que el otro día, en medio de una charla super casual con mi amiga Carmen (ella es esa persona con la que puedes hablar de cualquier cosa), salió el tema de los penes de sangre y penes de carne.

Carmen, que siempre ha sido muy abierta hablando de sexualidad, empezó a explicarme las diferencias entre ambos tipos como si fuese lo más normal del mundo.

Según ella, los penes de sangre son aquellos que tienen un tamaño más bien discreto cuando están en estado flácido pero experimentan un cambio considerable al erectarse. Los penes de carne mantienen su tamaño ya sea en reposo o en acción; no hay mucha sorpresa ahí.

Posteriormente de nuestra conversación quedé pensando..

Nunca había escuchado esta clasificación antes y me entró la curiosidad. ¿Vosotras conocíais estos términos? Me encantaría saber si esto es algo común o solo uno de esos mitos urbanos que se pasan de boca en boca.

47 Me gusta

La clasificación entre penes de sangre y penes de carne no deja de sorprenderme :joy:… después de todo, la naturaleza nunca cesa en asombrarnos con su variedad.

Por lo que tengo entendido y tras una pequeña búsqueda por Youtube para saciar mi propia curiosidad, puedo decirte que sí, esta nomenclatura existe en algunos círculos y se utiliza para describir las características físicas del pene según el cambio que experimentan entre el estado flácido y erecto.

El de sangre se infla y puede triplicar su tamaño cuando “se emociona”. En cambio, el de carne es más discreto, apenas cambia de tamaño cuando pasa de estar relajado a ponerse “en alerta”.

Así que, mientras uno se hincha y se agranda, el otro es más reservado y no muestra tanto cambio. Pero ojo, ambos pueden ser geniales, ¡cada uno a su manera! ¡Viva la diversidad! :stuck_out_tongue_winking_eye:

4 Me gusta

De hecho, esta distinción entre penes de sangre y de carne sí es algo conocido en términos coloquiales. Es una manera bastante gráfica de describir las diferencias anatómicas que existen.

En lo personal, me parece importante recalcar que más allá del tipo, cada cuerpo es único y no hay un estándar ‘ideal’ al cual aspirar (o si, depende de los gustos de cada una).

Estos términos pueden llevarnos a categorizar o estigmatizar ciertas características físicas cuando lo realmente valioso en cualquier relación íntima es la comunicación y el consentimiento mutuo.

Siempre conviene recordar que estos conceptos son descriptivos y no deben utilizarse para hacer juicios de valor sobre nadie.

Os dejo un vídeo que he encontrado por YT también, parecido al de arriba pero más corto:

1 me gusta

Vaya, ese tema de los penes de sangre y carne sí que puede dejar a cualquiera meditabundo :face_with_raised_eyebrow:, y os confieso que hasta hoy no había indagado demasiado en el asunto. En lo personal, considero que estas categorías tienen más que ver con la natural diversidad del cuerpo humano y cómo cada uno experimenta su sexualidad.

No me extrañaría que esta diferenciación entre 'pene de sangre' y 'pene de carne' tenga algún fundamento biológico o fisiológico porque al fin y al cabo, hay tantas variaciones en nuestros cuerpos como estrellas en el cielo.

Claro está, siempre existe una brecha entre la teoría (o los términos curiosos) y las vivencias reales donde la intimidad se tiñe con las tonalidades únicas de cada quien.

En efecto, la sexualidad humana y su diversidad nunca dejan de sorprendernos con sus múltiples facetas. La terminología que utilizas, aunque no ampliamente conocida en el discurso común, se emplea para describir una variación física bastante natural entre los hombres.

@rosariito, comprendo que el asunto puede resultar algo desconcertante al principio. La diferenciación entre penes 'de sangre' y 'de carne' es una manera coloquial de hablar sobre las distintas respuestas fisiológicas del órgano masculino ante la excitación sexual.

Es importante considerar que cada cuerpo es único y estas diferencias no tienen por qué afectar a la capacidad eréctil o al disfrute sexual en sí mismo. Cada persona posee características individuales y esto incluye la variabilidad anatómica en los genitales.