Soy Sonia y quería compartir con vosotras una situación un tanto delicada que me ha tocado vivir. A ver si os suena esta película.
Resulta que tengo una conocida, pongámosle el nombre de 'Marta', que se las da de entendida en absolutamente todo.
Siempre tiene esa actitud de 'yo lo sé mejor' que llega a ser agobiante. El otro día en una cena entre amigos, empezó a dar lecciones sobre vinos sin parar, cuando claramente no es sommelier ni nada parecido.
Lo peor fue cuando intenté hablar de mi pasión por la fotografía gastronómica y ella interrumpió para decir que mis ángulos eran 'predecibles'. Me quedé helada; sentí como si intentara menospreciar algo que hago con mucho cariño y dedicación.
Ese tufillo de superioridad de algunos es un clásico que parece tener más vidas que un gato. ¿Cómo lidiar con ello? ¡Sencillo, aunque requiera de una buena dosis de paciencia y astucia!
Mi estrategia va por la línea del contraataque sutil: validar sus conocimientos con un 'Oh, eso suena interesante, pero...' y zambullirla en tu propia pasión.
Hazla partícipe; pregúntale cuál es su ángulo favorito para capturar una imagen. Demuéstrale que tus 'predecibles' tienen estilo y son el fruto de experimentar y mejorar.
Invitar a los demás a valorar nuestro trabajo nos da fuerzas.
Recuerda querida compi–aventurera de cenas complicadas, nadie puede deslucir nuestra luz si no le damos el poder para hacerlo.
Me parece muy acertada la estrategia de @noeMe , que apunta a manejar la situación con inteligencia emocional y una actitud constructiva. En mi experiencia, es clave mantenerse sereno y no entrar en el juego de competencia que buscan estas personas.
Una vez me encontré con alguien que intentaba minimizar mis conocimientos sobre mindfulness durante una conversación grupal.