Recientemente, me vi envuelta en una serie de interacciones bastante desconcertantes con una familiar lejana. Cada encuentro es un juego impredecible de atención y desdén que oscila sin aviso ni aparente motivo.
Ella puede ser sumamente cálida y conversadora, tejiendo historias fascinantes que parecen invitar a la cercanía emocional, revelando aspectos de su vida con detalles intrincados.
Tan pronto como me siento parte de su mundo y comienzo a compartir el mío, se retrae abruptamente. Se convierte en una presencia esquiva que apenas reconoce mi existencia cuando nuestros caminos se cruzan otra vez.
Su comportamiento no parece responder a mis acciones ni a las circunstancias del momento; es como si alternara entre dos realidades paralelas donde mi papel varía radicalmente sin previo aviso.
Esta dinámica ha sembrado confusión en mí. La incertidumbre sobre cuál será su reacción ante cada interacción genera preguntas persistentes acerca de la naturaleza del vínculo entre nosotras.
¿Es posible que exista alguna razón oculta tras esta montaña rusa emocional? Curiosa por conocer vuestras perspectivas o experiencias similares, os invito a compartir vuestras interpretaciones.