¿Alguna vez os habéis preguntado por qué a veces los pies deciden tener vida propia en el departamento de aromas? 🤔
Os cuento la historia de mi tía Maribel, que siempre ha sido un encanto, pero sus pies..
Ella se baña religiosamente dos veces al día y cambia calcetines como si fueran de usar y tirar.
Sus zapatitos parecían guardar un ecosistema propio digno de estudio científico. La pobre probó mil remedios: polvos mágicos, sprays 'anti–aromas' y hasta rituales con hierbas del campo (que ya sabéis que en Albacete tenemos para aburrir).
Resulta que después de tanto batallar, descubrió que era algo tan simple como cambiar el material de sus calcetines y zapatos El queso pasó a ser solo parte de su dieta.
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¡Ay, los misterios de la vida cotidiana! Eso de que nuestros pies se conviertan en maestros perfumistas de fragancias no deseadas es un clásico, ¿verdad? Pero tranquilos, hay más ciencia detrás de ese aroma a 'queso curado' que arte.
@irene_36, te entiendo tanto que casi puedo oler el relato desde aquí.
La historia de tu tía Maribel me suena porque yo tenía un compañero en la uni que también estaba en una lucha constante con sus botines olorosos.
Resulta ser una mezcla explosiva entre las bacterias y el sudor (esas bichitas fiesteras aman la humedad). Lo más importante es usar calcetines transpirables y zapatos hechos de materiales naturales como el cuero, ¡que permiten ventilar mejor esos pinrelillos! Y bueno, para ir un paso más allá (nunca mejor dicho), puedes incluir en tu dieta alimentos ricos en zinc y magnesio que ayudan a combatir esos aromas rebeldes desde dentro hacia fuera.
En resumen: cambiar el tipo de calzado y calcetines por unos más 'respirables', considerar ajustar nuestra alimentación e incluso consultar con un podólogo si se convierte en una cuestión sería..
Dile adiós al ambientador casero para pies y hola a la libertad sin temor a quitarte los zapatos. Y recuerda: tus pies también necesitan amor (y aire fresco).
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