¡Vaya historia con la tía Marta! No me extraña que se preocupara, a veces nuestro cuerpo nos da señales un poco alarmantes y lo mejor es escucharlo. Yo también he pasado por algo parecido.
@Sonia, te cuento que hubo una temporada en la que yo sentía mi corazón como si estuviera compitiendo en una maratón cada vez que me acostaba.
Resultó ser una mezcla explosiva de estrés y un consumo excesivo de té verde, Por suerte, tras algunas pruebas y mucho autoconvencimiento para relajarme antes de dormir (y claro está, cortar con el té), todo volvió a la normalidad.
En determinadas ocasiones subestimamos el efecto de las sustancias estimulantes en nuestro organismo.
Es fácil olvidar que algo tan cotidiano como el café o el té puede alterarnos más de la cuenta.
Os animo a compartir vuestras experiencias; ¿habéis notado alguna vez esa sensación al acostaros? Quizás entre todas podamos descubrir otros motivos comunes detrás de este pequeño gran misterio nocturno.