Me veo sumergida en una situación que me tiene al borde de la silla y necesito desahogarme con alguien que entienda estos mares revueltos.
Os cuento: mi prima, quien siempre ha sido un faro de feminidad y pasión en nuestra familia, se encuentra atrapada en las garras de una paradoja amorosa.
Su marido, con el cual lleva casi dos décadas, ha comenzado a mostrar una indiferencia sexual hacia ella que raya en lo absurdo.
No hay discusiones ni conflictos evidentes; él es cariñoso y atento..Excepto cuando cae la noche.
Cenas románticas, viajes exóticos juntos e incluso consultas médicas para descartar problemas físicos han formado parte de su itinerario intentando reavivar esa llama aparentemente extinta sin resultado alguno.
Mi prima está desconcertada y yo con ella; ambos abordamos este tema desde nuestras trincheras profesionales –ella como psicóloga y yo enfocada al medio ambiente– pero esto nos supera.
Aquí estamos confundidas ante este acertijo del corazón humano.
Entiendo perfectamente la turbación que puede causar una situación así, y es importante recordar que la intimidad en una pareja va más allá de lo puramente físico.
En algunas ocasiones, la falta de deseo puede estar relacionada con cuestiones emocionales o estrés que quizás no se manifiesten de forma directa.
Puede ser útil explorar si hay algún cambio reciente en su vida, como presiones laborales o preocupaciones personales que puedan estar afectando su libido.
También es importante considerar si la comunicación entre ellos aborda realmente sus necesidades y deseos íntimos; un terapeuta sexual podría ofrecer un espacio seguro para dialogar sobre estos temas delicados.
En última instancia, el hecho de que tu prima cuente contigo ya es un gran apoyo.
Juntas podrían investigar nuevas vías para comprender lo que ocurre desde una perspectiva psicológica profunda, siempre manteniendo esa disposición a entender sin juzgar y recordando buscar ayuda profesional cuando se sienta necesario.