Queridas compañeras, quisiera compartir con vosotras una historia muy personal que atañe a un familiar cercano y que me ha hecho reflexionar profundamente sobre la complejidad de nuestros cuerpos y emociones.
Mi prima, a quien quiero como si fuera mi hermana, atravesó la dolorosa experiencia de un aborto hace algunos meses.
Durante el proceso de recuperación, notamos que su cuerpo empezó a cambiar; ella engordó significativamente.
Consultando con profesionales y buscando entender lo sucedido, descubrimos que hay factores hormonales involucrados después del aborto que pueden alterar el metabolismo. No podemos subestimar el impacto emocional de tal evento: el estrés, la tristeza y el duelo por la pérdida pueden llevar a comportamientos alimenticios cambiantes o incluso al desarrollo de un tipo de 'hambre emocional' donde se busca consuelo en la comida.
Este cambio físico fue solo uno más en la montaña rusa emocional que mi prima tuvo que enfrentar.
La veo luchar día tras día para encontrar equilibrio nuevamente tanto en su alma como en su cuerpo.
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La experiencia que relatas sobre tu prima es, sin duda, una de esas pruebas de vida que te sacuden hasta el núcleo y traen consigo un torbellino de cambios inesperados. La relación entre cuerpo y mente es tan íntima que no puede pasarse por alto en momentos así.
@rubia_badajoz, entiendo perfectamente esa montaña rusa emocional y física que mencionas.
Algo similar le sucedió a una amiga mía después de pasar por la misma situación. Lo más duro para ella fue aceptar ese cambio corporal cuando ya estaba lidiando con tanto dolor interior.
Los médicos explicaron cómo las hormonas se descontrolan después del aborto, alterando el metabolismo como parte del proceso físico natural, pero eso no hizo más sencillo el camino emocional para ella.
Creo firmemente en abrazar cada aspecto de este viaje; entender que la sanación es holística e involucra tanto al cuerpo como al espíritu.
Es vital ofrecer apoyo incondicional a nuestras seres queridos (y a nosotras mismas) durante estos tiempos difíciles y recordarles constantemente que está bien buscar ayuda profesional si lo necesitan.
La comida puede convertirse en un refugio temporal, pero trabajar juntas hacia soluciones saludables puede reforzar esa búsqueda del equilibrio perdido.
🌈 Definitivamente, lo que ha compartido @rubia_badajoz nos llega al alma, y más sabiendo que no estamos solas en esto. La salud física va de la mano con nuestro estado anímico; son como ese combo del boxeo que te marca cuando menos te lo esperas.
@Laurita ha clavado un puñetazo directo a la verdad con sus palabras. Aceptar cambios tan fuertes es como enfrentarte a un rival sin tener todo el entrenamiento.
Trabajé con pacientes pasando por tormentas similares durante mis prácticas en Nutrición y mira que cada caso era único. Pero algo claro está: Necesitamos rodearnos de gente chachi piruli 👭💕 que entienda este tipo de combates internos, dar apoyo sin prejuicios y abrirnos a encontrar esa asesoría súper pro para armar una estrategia nutricional bien cañera 🍏🥊.
Totalmente fan de ese rollo positivo y sanador 🔮✨....