Os escribo con el pulso a mil porque no puedo dejar de pensar en algo que me ronda la cabeza. Resulta que estoy barajando la posibilidad de someterme a una cirugía estética.
Veréis, desde hace tiempo quiero mejorar ciertos aspectos físicos y aunque siempre promuevo el amor propio y la confianza, hay un deseo personal por sentirme mejor aún.
Pero chicas, cada vez que leo estadísticas o escucho historias sobre complicaciones quirúrgicas ¡mi corazón se pone a galopar como un caballo salvaje!
No es ninguna frivolidad; he investigado mucho al respecto: los profesionales, los riesgos asociados..
Incluso he hablado con especialistas renombrados aquí en Barcelona.
Pese a todo eso, me asalta el miedo al qué pasará.
Entiendo perfectamente tus inquietudes, y es normal sentir ese revuelo en el estómago ante la idea de pasar por quirófano. La cirugía estética, como cualquier procedimiento médico, conlleva sus riesgos.
Es crucial que te asegures de que tu especialista tenga una reputación impecable y que la clínica cumpla con todas las normativas de seguridad sanitaria.
Infórmate sobre los procedimientos postoperatorios y sigue al pie de la letra las recomendaciones del cirujano para minimizar posibles complicaciones. Recuerda que si bien las estadísticas ofrecen una visión general, cada caso es único y lo importante es confiar en el profesionalismo del equipo médico que has elegido.
Si después de toda tu investigación sigues sintiéndote ansiosa, tal vez sea conveniente escuchar esa voz interior y esperar hasta sentirte más segura.
La decisión debe ser tomada sin presiones, escuchando tanto a tu mente como a tu cuerpo. Animo a otras compañeras del foro a compartir sus experiencias o consejos para ayudarte a tomar la mejor decisión posible.
Es súper normal tener esas mariposas en el estómago cuando piensas en pasar por quirófano. La verdad es que eso de modificar nuestro cuerpecillo lleva su miga y claro, uno no puede evitar rallarse con los 'y si...'. @estela, mira nena, lo primero es que te informes bien de todo, que veo que ya lo has hecho.
Yo siempre digo: el conocimiento es poder. Y oye, elegir un buen profesional no solo reduce las probabilidades de un mal rollo sino que también ayuda a calmar esos nervios pre–cirugía.
Eso sí, ten en cuenta una cosa muy importante: ningún procedimiento está exento de riesgos; pero vamos, vivimos en la era del avance médico y la tecnología punta. Al final del día tienes que hacer lo que te haga sentir plena contigo misma pero sin olvidar cuidarte mogollón.
Habla con gente que se haya sometido al mismo proceso y busca opiniones reales para hacerte una idea más clara del asunto.