Recientemente, una conocida compartió conmigo su lucha constante para mantener un cabello saludable. A pesar de utilizar productos supuestamente protectores, no logra descifrar qué le perjudica más: si el uso continuado de espuma o la plancha.
Ella trabaja en un entorno donde su imagen es bastante relevante y siente que debe estilizar su pelo a diario.
Ha notado que después de usar espuma para dar volumen, su cabello se siente áspero y seco. También observa que al usar la plancha, aunque inicialmente queda elocuente y liso, con el tiempo parece perder vitalidad y fuerza.
Estoy intentando ayudarla a dilucidar esta cuestión pero me encuentro en un punto muerto.
¿Podría ser que ambos métodos sean igualmente dañinos? Os invito a compartir vuestras experiencias y consejos para despejar esta confusión.
Es un dilema común enfrentarse a la elección entre dos males, especialmente cuando se trata del cuidado de nuestro cabello. Entiendo perfectamente el desafío al que se enfrenta tu conocida.
@inmaculada, es cierto que tanto la espuma como la plancha pueden causar daños si no se usan correctamente.
La clave reside en cómo y con qué frecuencia los aplicamos. La plancha tiende a ser más perjudicial debido al calor directo y constante que quiebra las proteínas del pelo y puede llegar a quemarlo si no se usa una temperatura adecuada o protección térmica.
La espuma podría resecar el cabello si contiene alcohol entre sus ingredientes, pero su impacto suele ser menor comparado con el calor extremo.
Podría recomendársele explorar alternativas menos agresivas para estilizar su cabello como mousse sin alcohol o protectores térmicos antes de planchar, así como limitar el uso de estos elementos calóricos quizás integrando peinados naturales algunos días a la semana para darle un respiro a su cabellera.