Hoy me he topado con una receta que me ha transportado directamente a la cocina de mi tía abuela. Ella era una maga entre fogones y tenía un don especial para los platos con berenjenas.
Recuerdo aquellos veranos en su casa del pueblo, donde el calor se mezclaba con el aroma dulce y salado de las berenjenas al horno.
Ella las cortaba en rodajas gruesas, las empanaba ligeramente y luego las horneaba hasta que estaban doraditas. Al sacarlas, rociaba sobre ellas miel pura de caña que le daban ese toque mágico.
La textura crujiente por fuera y tierna por dentro era algo celestial.
Pero aquí viene mi confusión: ¿alguna sabe si antes de hornearlas hay que dejarlas reposar con sal? He oído que eso les quita el amargor, pero no sé si es un paso necesario o si depende del tipo de berenjena.
Me encantaría saber cómo lo hacéis vosotras para darle ese toque casero auténtico.