¿Qué tal? Pues mira, os cuento una movida que a lo mejor os flipa. Tengo una prima lejana que se hizo la reducción de pecho hace un tiempillo.
Resulta que la tía siempre había tenido un buen par de razones para no encontrar camisetas guays y decidió pasar por el quirófano.
Se plantó en la consulta del cirujano con una idea clara: quería bajar hasta una talla 90. Y aunque parezca algo poco común, porque mucha gente piensa en aumentar más que en reducir, ella estaba decidida a sentirse más cómoda con su cuerpo y decir adiós a los dolores de espalda.
La verdad es que quedó supercontenta con el resultado y dice que ha ganado calidad de vida a tope.
Pero bueno, después de contaros este rollo, me entra la curiosidad..