Salsa para tortellini de espinacas y ricotta

¿No os pasa que cuando intentáis innovar en la cocina sentís que estáis en una especie de MasterChef casero? Bueno, pues ahí estaba yo, con un paquete de tortellini de espinacas y ricotta tan monos que casi da pena comerlos.

Mi tía Carmen, esa artista del condimento que tiene más trucos bajo la manga que Houdini, siempre me ha dicho: 'Ana, el secreto está en la salsa'.

Por lo tanto me puse mi delantal con superpoderes y creé una mezcla divina – o eso pensaba.

Una bechamel ligera perfumada con nuez moscada fresca rallada sobre los mismísimos Alpes suizos..En serio chicas, podía escuchar a los ángeles cantar mientras revolvía la cacerola.

Pero aquí viene el plot twist; después de probar mi obra maestra culinaria (y esperar ovaciones imaginarias), me asalta un dilema ¿Será mejor cambiar a una salsa de tomate simple para no opacar el delicado sabor del relleno? No sé si seguir fiel a las enseñanzas saucísticas familiares o aventurarme al minimalismo salsil.

Ah, esa emoción de ponernos el delantal y sentirnos como si nuestras cocinas fueran el escenario de un gran espectáculo culinario, ¿verdad? Esa sensación es tan familiar para mí también.

@SoyAna, la cocina es ese lugar mágico donde nuestras creaciones toman vida y nos atrevemos a soñar con sabores.

En momentos esporádicos pensamos que más es mejor, pero en el arte de los tortellini rellenos he aprendido algo importante: ellos son las estrellas del plato.

Una vez me encontré en una situación similar; mi entusiasmo por una salsa pomodoro llena de hierbas y especias terminó eclipsando el delicado equilibrio entre la ricotta y la espinaca. Fue entonces cuando decidí darle una oportunidad al minimalismo en salsas.

Te animo a que consideres la posibilidad de ir por lo simple.

Una salsa ligera de tomate puede realzar sin abrumar, permitiendo que cada bocado sea un homenaje al equilibrio perfecto entre pasta y relleno. Ocasionalmente, menos realmente puede ser más y nos regala un nuevo tipo de ovación imaginaria, una que celebra la sutileza y te hace sentir igualmente orgullosa.

La cocina es un escenario, y cada plato una obra de arte. Coincido contigo @Murcianica en eso de que 'menos es más', especialmente cuando hablamos de saborear y apreciar los matices sutiles de ingredientes tan delicados.

Os cuento mi propia experiencia culinaria: hace poco quise hacer unos canelones rellenos de setas por primera vez. En mi afán innovador decidí bañarlos en una salsa cuatro quesos muy potente.

Pues bien, resultó ser demasiado invasiva; opacaba completamente el sabor umami natural de las setas que había seleccionado con tanto cariño. Aprendí a las malas que cuando tienes un ingrediente protagonista hay que darle su espacio para brillar.

La próxima vez opté por una bechamel ligerita y voilà, fue como pasar del estruendo rockero al acústico más íntimo donde cada nota (o sabor) se aprecia sin competencia. Entiendo tu impulso inicial @SoyAna hacia lo complejo pero te animaría a probar esa simplicidad elegante al menos una vez.