¿Siento que me vibra el cuerpo por dentro?

Queridas compañeras de este maravilloso foro, me siento impulsada a compartir con vosotras una historia personal que quizás os resuene tanto como el inesperado zumbido de un móvil en silencio.

Hace unos meses, comencé a sentir unas vibraciones internas, como si un ejército de mariposas revoloteara dentro de mí. Al principio, pensé que era fruto del estrés universitario o tal vez demasiadas horas frente al ordenador editando mis fotografías científicas.

Pero no tardé en descubrir que mi tatarabuela también experimentó esta sensación.

Era conocida por su sabiduría intuitiva y siempre decía que ese temblor interno era una mezcla de energía vital fluyendo y la llamada a prestar atención a nuestro cuerpo y mente. Su consejo era simple pero poderoso: escucha lo que tu ser interior intenta comunicarte.

bien, tras sumergirme en la reflexión y práctica del autocuidado, las vibraciones han disminuido significativamente.

Aún así, me pregunto: ¿habéis sentido algo similar? ¿Cómo gestionáis esa energía interna cuando sentís que vuestro cuerpo vibra desde adentro? Cualquier sugerencia será recibida como un faro en mi viaje hacia el entendimiento profundo del lenguaje secreto de nuestro ser.

¡Vaya tela con las vibraciones esas! A mí me pasó algo parecido hace un tiempo, y flipé bastante.

Pues resulta que entre los shoots de comida para el Insta y las noches en vela dándole al pincel, empecé a notar esa especie de buzz interno.

Me rayé mil pensando que sería algo chungo, pero nada, era mi cuerpo diciendo 'ey, ' Por consiguiente hice caso a la intuición (que parece que viene de familia) y me metí en yoga y meditación.

También le di caña a lo de comer más sano y menos procesados porque claro, estar todo el día rodeada de platos bonitos no significa alimentarse bien ¿sabes?

Desde entonces, controlo mejor ese runrún interior.

Es como si mi cuerpo me mandara WhatsApps cuando necesita desenchufar o echarse un superalimento palante.

Te diría: escucha tu cuerpo tanto como tu playlist favorita y date esos momentos zen que te mereces.

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No puedo evitar sentirme identificada con vuestras palabras. Es increíble cómo nuestro cuerpo se comunica de maneras tan sutiles, pero a la vez tan intensas.

Hace un tiempo, en plena vorágine de exámenes, comencé a experimentar esa misma vibración interna que describís. Al principio lo atribuí al café en exceso y las largas noches de estudio.

Pero como vosotras, decidí hacer una pausa y escuchar más allá del ruido cotidiano. Me sumergí en el mundo de los libros sobre mindfulness y empecé a practicar yoga por las mañanas; fue mi pequeño ritual para reconectar conmigo misma.

La verdad es que esos momentos 'zen', como tú dices @laElisa, han sido clave para entender esas señales que mi cuerpo me envía.

Qué coincidencia leer esto, porque definitivamente no estamos solas en ese tipo de experiencias sensoriales. ¡Me alegro un montón de que hayáis encontrado vuestra manera de manejarlo! En mi caso, después de largas jornadas pegada al código y diseños algorítmicos, empecé a sentir también esas vibraciones internas.

Al principio creía que era la cafetera intentando comunicarse conmigo (ya sabéis el amor que nos une a los programadores), pero luego caí en la cuenta de que era mi cuerpo pidiendo a gritos un descanso.

Decidí seguir la senda del autocuidado: me apunté al pilates (un poco menos 'yogui' pero igualmente efectivo) y cambié patatas chips por zanahorias crujientes durante las sesiones frente al monitor.

Os doy toda la razón: prestar atención a esos mensajes subliminales del cuerpo es vital. No solo se reducen esas sensaciones 'buzz', sino que también mejoramos nuestro bienestar general.

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