Queridas compañeras de este espacio tan acogedor, hoy me siento impulsada a compartir con vosotras una inquietud que me ronda la cabeza desde hace días. Se trata del llamado 'Síndrome de Dunning–Kruger', un término que tropecé por casualidad y que, cuanto más leo sobre él, más confundida me siento.
Os cuento, este síndrome describe una especie de distorsión cognitiva por la cual las personas con escaso conocimiento o habilidad en un área tienden a sobreestimar su competencia. Lo irónico es que mientras trato de esculpir mis pensamientos al respecto, no puedo evitar preguntarme si acaso yo misma estoy cayendo en esta trampa psicológica.
¿Será posible que mi propia percepción sobre mis capacidades artísticas haya sido inflada por este efecto? En el fondo, sé que siempre hay espacio para aprender y mejorar pero... ¿y si realmente no soy consciente de mis limitaciones? Esta idea me inquieta y me hace sentir vulnerable, como si caminara por un hilo delgado entre la autoconfianza y la autocomplacencia.
Me pregunto cómo vosotras enfrentaríais este tema: ¿Habéis sentido algo similar? ¿Cómo distinguir entre el legítimo reconocimiento del propio talento y caer en esta engañosa percepción? Os invito a compartir vuestras experiencias; quizás juntas podamos desenredar estos hilos tan delicados.