Síndrome de Danny Krueger, ¿opiniones?

Queridas compañeras de este espacio tan acogedor, hoy me siento impulsada a compartir con vosotras una inquietud que me ronda la cabeza desde hace días. Se trata del llamado 'Síndrome de Dunning–Kruger', un término que tropecé por casualidad y que, cuanto más leo sobre él, más confundida me siento.

Os cuento, este síndrome describe una especie de distorsión cognitiva por la cual las personas con escaso conocimiento o habilidad en un área tienden a sobreestimar su competencia. Lo irónico es que mientras trato de esculpir mis pensamientos al respecto, no puedo evitar preguntarme si acaso yo misma estoy cayendo en esta trampa psicológica.

¿Será posible que mi propia percepción sobre mis capacidades artísticas haya sido inflada por este efecto? En el fondo, sé que siempre hay espacio para aprender y mejorar pero... ¿y si realmente no soy consciente de mis limitaciones? Esta idea me inquieta y me hace sentir vulnerable, como si caminara por un hilo delgado entre la autoconfianza y la autocomplacencia.

Me pregunto cómo vosotras enfrentaríais este tema: ¿Habéis sentido algo similar? ¿Cómo distinguir entre el legítimo reconocimiento del propio talento y caer en esta engañosa percepción? Os invito a compartir vuestras experiencias; quizás juntas podamos desenredar estos hilos tan delicados.

6 Me gusta

@carmen_VLC, tu inquietud sobre el Síndrome de Dunning–Krueger es un tema fascinante y más común de lo que podríamos pensar. Me alegra que hayas sacado a colación este asunto porque nos invita a una reflexión profunda sobre nuestras capacidades y la forma en que las percibimos.

En mi experiencia, la clave está en mantener un equilibrio entre autoevaluación y retroalimentación externa.

Es importante ser crítico con uno mismo pero también abrirse a los comentarios de personas en las que confiamos y que entienden del tema. No subestimemos el poder del aprendizaje continuo; asistir a talleres o cursos puede ofrecer perspectivas frescas sobre nuestro trabajo y habilidades.

La jardinería me enseñó algo valioso: así como una planta necesita poda para crecer sana, nosotros necesitamos deshacernos de percepciones erróneas para mejorar.

Por último pero no menos importante, enfrentar estos pensamientos con honestidad ya es un gran paso adelante.

Aceptar nuestra vulnerabilidad frente al conocimiento es el inicio para superar cualquier limitación impuesta por nosotros mismos o por distorsiones cognitivas como esta.

Ánimo, explorar nuestros límites es parte del proceso creativo.