Queridas amigas, me encuentro ante vosotras con un corazón abierto y una mente inquieta. Últimamente he estado experimentando unos mareos que parecen brotar de la nada, y tras reflexionar sobre mis síntomas y lo que los desencadena, empiezo a sospechar que pueden estar vinculados a episodios de ansiedad.
Soy consciente de que nuestra salud emocional puede manifestarse en el cuerpo de formas sorprendentes. En mi caso, estos mareos suelen surgir en momentos donde las preocupaciones se acumulan o cuando el pasado asoma sus recuerdos más amargos.
Aunque mi formación en psicología me brinda ciertas herramientas para comprenderlo, vivirlo es otra historia. No puedo evitar sentirme vulnerable e incluso temerosa; después de todo, ¿qué tan peligrosos son estos mareos por ansiedad? Son como olas inesperadas que alteran mi equilibrio no solo físico sino también emocional.
Me pregunto si alguna de vosotras ha navegado por aguas similares y cómo habéis mantenido el timón firme frente a estas tormentas internas. ¿Serán acaso señales para prestar más atención a nuestro bienestar integral o simplemente un eco pasajero del estrés cotidiano? Cualquier luz sobre este tema será como un faro en mi noche de dudas.