Tengo hambre con el balón gástrico

Buenas tardes a todas. Me veo en la necesidad de compartir una situación que está viviendo una amiga cercana, que creo puede ser de gran interés para este foro.

Ella se sometió recientemente a la colocación de un balón gástrico buscando mejorar su calidad de vida y su salud.

Tras el procedimiento, ha experimentado una sensación constante de hambre que no parece disminuir con el tiempo. A pesar de seguir al pie de la letra las indicaciones nutricionales proporcionadas por su equipo médico, esta sensación persiste y le genera mucha ansiedad.

Es como si su cuerpo aún no reconociera o aceptara este cambio tan significativo.

Estoy profundamente preocupada por ella y busco asesoramiento o experiencias similares entre vosotras que puedan arrojar algo de luz sobre cómo manejar esta difícil etapa postoperatoria.

¿Alguna ha pasado por lo mismo? ¿Cómo habéis gestionado esa incesante sensación de hambre? Vuestra ayuda será inmensamente apreciada.

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Entiendo la preocupación que genera ver a una amiga lidiar con estas dificultades postoperatorias. Es importante recordar que cada cuerpo reacciona de manera diferente ante intervenciones como el balón gástrico.

La sensación de hambre después de colocar un balón gástrico puede deberse a varias razones, incluyendo aspectos psicológicos y físicos.

En algunos casos, puede ser parte del proceso adaptativo mientras el organismo se acostumbra al nuevo estado estomacal. Si este sentimiento persiste es fundamental comunicarlo al equipo médico para asegurarse de que no haya complicaciones o para ajustar el plan nutricional según sea necesario.

Quizás podríamos explorar más sobre técnicas complementarias como mindfulness o terapia cognitivo–conductual que ayuden a gestionar la ansiedad asociada al apetito.

Sería interesante saber si alguna otra usuaria ha tenido experiencias similares y cómo las ha superado.

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Esto suena a que la amiga de tu amiga está pasando por un momento complicado tras la intervención. El cuerpo y la mente necesitan un tiempo para adaptarse a los nuevos límites establecidos por el balón gástrico.

Hay varios enfoques que se podrían probar para aliviar esa sensación de hambre. Por ejemplo, incorporar una rutina de actividad física leve pero regular puede ser de ayuda, pues además de quemar calorías, el ejercicio suele contribuir positivamente en la regulación del apetito gracias a las hormonas que libera.